En 1997 se estrenó WAG THE DOG, película que relata la historia de un presidente de los Estados Unidos que a escasas semanas del inicio de las elecciones, se ve involucrado en un caso de abuso sexual a una menor, lo que dificultará su reelección. Las “encuestas” de una firma reconocida le son favorables, pero se hace necesario revertir los efectos de la acusación en su contra. Un flamante “asesor” se pone en contacto con un “director de cine”, y ambos construyen una situación –irreal– que será transmitida por televisión para desviar la atención de los votantes –una guerra entre Estados Unidos y un pequeño país Mediterráneo–.
En Guatemala el abuso es contra la población y su dignidad, el ultraje se llama corrupción. Las encuestas profesionales y bien cuidadas, técnicamente bien hechas, reflejan precisamente el buen resultado del “fake” que ha sido urdido por los especialistas en marketing político de las panderetas electorales. Se inventaron una democracia electoral y nos la hacen creer. Se inventaron que nos representan, que la corrupción es solo una “cantaleta”. Han llegado incluso a inventarse a un “candidato”.
Nos guste o no, habrá elecciones, y de momento el Sistema va ganando, pero no hay que decaer en el ánimo y las acciones que buscan reformarlo y ojalá transformarlo, en principio se debe insistir en la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos y la lucha contra la corrupción; solo esto allanará el camino a una puesta en escena distinta a este bodrio que nos hacen tragar diariamente, manipulando los legítimos deseos de la mayoría de la población y haciéndole sentir apetencia por liderazgos carismáticos y nacionalistas, “níveos personajes” surgidos de la caja tonta o caritativos y magnánimos defensores de los pobres.
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