Aprender a callar, pasar
desapercibido, actuar sin que sepan lo que estás pensando o para dónde vas,
tuvo sus ventajas, hace más fácil andar por Guatebala sin que además de balas
te disparen miradas, desaprobaciones y burlas.
Eso que se calla es lo que se ama, la vocación por lo Aristotélico de
llamar las cosas por su nombre, las ideas, las opiniones. Se pasa desapercibido entre los sabiondos que
tienen décadas de saber cómo es que se arregla el país y sin embargo no se
arregla, de los que andan felices con sus denarios propios y ajenos, de los
altivos que el poder ha desenmascarado.
Actuar sin que nadie sepa lo que piensas mientras ellos piensan que
actúas facilitando sus ideas. Eso de
andar compartimentado sirve aún, cuesta, pero es casi la única manera de
sobrevivir con el corazón y las ideas intactas.
* Para la Real Academia de la
Lengua Española, compartimentado significa “dividir algo en elementos menores”. En la izquierda chapina, significaba estar en
secreto. Se utilizaba compartimentar para
ocultar identidades e información.
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