jueves, 29 de septiembre de 2016

El espectro de tu luz



Cuando el paisaje azufrado se excede de lava
y las veredas se llenan de lenguas como cerros quemados
algo se revela
lucha para parir algo nuevo
y dejar de vivir remilgado como un chocante singular.

Sabemos mucho de llanto por estos lares
de sacacuartos,
zafios y torpes regidores
a nuestros dolores
no les caben más colores
y pintamos cementerios para olvidarlo,
llevamos el lomo y la ingenuidad cansada:
los pastores por pan nos dan culebra
y los políticos un ataúd lleno de betún.

No siempre lo logro,
casi nunca, pero cuando sucede
surge un momento primoroso
acompañado de un resuello triunfante fecundando de dulzura,
vociferante de la ventura que me produce el espectro de tu luz.

lunes, 26 de septiembre de 2016

"País de mierda"



Empachado de escribir sobre la muerte
de los que rapiñan vaciándole las cavidades a los vivos
y de ir sintiendo el dolor y los abismos que me tragan
cada vez que devoran a mis hermanos,
yo los maldigo aunque me proscriban.
Algún día esta locura será colectiva,
y ya no vivirán del sudor ajeno
el pobrerío no les ofrendará a sus hijos
ni habrá un ictus colectivo con sus leyes, letras e historia.
Mientras tanto, mañana algunos conspiraremos nuevamente
conjurando el miserable futuro
que su magnanimidad le tiene preparado a este “país de mierda”.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

¿En una ineptocracia quién salva al Presidente?



El tratamiento que el actual gobierno de Guatemala da a la misiva del presidente de los Estados Unidos saludando al jefe del Ejecutivo por la “independencia” (que ya es una ironía viniendo de donde viene), y resaltando el papel y el liderazgo del ciudadano Presidente Morales, raya, en el mejor de los casos, en la inocencia.  Por otro lado, el apoyo manifestado a su jefe por los responsables de dirigir ministerios y secretarías, pues nuevamente, en el mejor de los casos es pura ingenuidad.

Sin embargo, no es candidez lo que se expone al sobredimensionar un gesto diplomático o que solo la mitad de los capitanes cierren filas, las señales que dan son de otra cosa; al parecer está pasando factura que los partidos políticos en Guatemala sean débiles, carentes de representatividad, altamente dependientes de financistas (sin que importe de dónde vengan estos últimos, con tal que sean medio decentes) y con bases partidarias compradas vulgarmente el día de las elecciones o a través del marketing ofreciendo lo que el consumidor está ávido de tragarse para creer en el futuro.

El resultado electoral dio como ganador al menos desacreditado, pero también al menos preparado y que menos cualidades poseía para dirigir el gobierno.  Los réditos de los últimos ocho meses dan cuenta del desconocimiento de la cosa pública y sus entuertos, tanto, que han tenido que recurrir a la vieja política para que sus desaciertos (o mentiras) sean creídos y aceptados por la población. Las malas elecciones paren malos gobiernos.

El enfrentamiento con algunos medios disfrazado de dignidad y honradez, no tienen absolutamente nada que ver con los tropiezos que su propio entorno le hacen tener; la “fafa” y la publicidad son dos cosas distintas, pero el mandatario deja entrever en sus declaraciones que él ha utilizado la primera enmascarada en la segunda.  La pauta del gobierno en medios se ha pervertido y es foco de opacidad que oscila entre la complacencia y la crítica, no es nuevo y por supuesto que hay que combatirlo; y no se puede tampoco ocultar que existen los que cargan o no la mano en el tintero en la proporción de lo que puedan obtener pecuniariamente.  Ambas cosas son verdad, pero toda vez no mencione nombres de medios y/o personas, simplemente es otra puesta en escena que solo abona a su figura veleidosa y altamente desprovista de recursos políticos y comunicacionales.

Si vamos sumando actores, decisiones y acciones, tanto el mandatario como sus asesores, apoyos internos y externos al gobierno; dejan mucho que desear y nos hacen pensar que estamos frente a una acendrada ineptocracia de la cual somos víctimas y hacedores.


Ni el gobierno gringo, sus ministros, o las recurrentes e insustanciales invocaciones divinas, salvarán al ciudadano Presidente de sí mismo.   

lunes, 19 de septiembre de 2016

Lloremos por mi hijo



Tiene razón señor Presidente, lloremos, motivos hay de sobra y es imposible, lo entiendo, afrontarlos sin que se le amargue a uno el cogote.  Por ejemplo, fíjese que el otro día lleve a mi niño al Centro de Salud y a trompicones pude leer que no había vacunas, qué hago, usted mejor que nadie sabe cómo está la situación en el país; con mi jornal de sesenta y cinco quetzales bien pagados no alcanzo a juntar, aunque me caiga la “bendición” de trabajar de lunes a domingo un mes enterito.  Fui a fiar, no me quedó de otra, pero nadie me quiere prestar porque no tengo trabajo dicen, garantías menos; donde vivo es posando que estoy y en un lugar hasta “nit” me pidieron, no tengo para comer menos para “nits” de esos.  Donde me dan “chapia” una vez al mes, ya me conoce el “patrón” y bueno, me dio un billete adelantado.  Fui a la farmacia y casi lloro, casi, pero no lloré, casi lloro cuando me dijeron el precio, el de blanco del otro lado se medio rió, me dijo un número de miles, yo un billete llevaba nada más.  De vuelta en casa me dicen que ya la vacuna no es necesaria. Y ahora qué me importa nada si me duele hasta respirar, ya no es necesaria la vacuna, ya no; ahora sí señor Presidente, lloremos, imagino que usted llora porque mi niño no alcanzó a esperarnos, a mí que ganara lo suficiente, a usted que hiciera lo suficiente. 





lunes, 12 de septiembre de 2016

Septiembre deshabitado



Aunque te deshabiten en septiembre
con vahídos de caricias
y anhelos de reminiscencias lejanas,
algún día nos amanecerá la ternura
con apetencia de sangre mezclada
y orgiásticos espasmos multicolores.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Guatemala y su independencia desvaída




 A Guatemala se le ha venido apagando la libertad y la independencia que los aparatos ideológicos del Estado han mantenido a fuerza de rifle y espada militar para hacernos creer en un falso patriotismo lleno de símbolos que se han convertido en nuestra peor cárcel y condena.  


Esta esencia nuestra, que a veces se olvida, nos tiene hoy aquí.  Han pasado años y centurias, “linajes”, resistencia, obcecación y penurias; vándalos, adelantados, advenedizos, caciques prefabricados y “guatemalidades” espurias.  Todavía truenan los tambores en septiembre y los vividores pasan de casa presidencial a la cueva donde se ha fabricado la opulencia vergonzante de unos y el rapiñar insultante de otros, y para las mayorías: penurias.  Mientras ellos, “padres de la patria” se creen cristos, nosotros recurrimos a la resistencia de la semilla guardada con cariño, el mejor grano, el más fuerte; del que brotamos, aunque no llueva, el que nos hace sobrevivir a dormilones, crápulas y nepotistas que con sus desvergüenzas les ponen a estas cadenas, más eslabones.
Nos viene de dos hermanos, astutos, rebeldes; de una abuela feroz, de ensayar una y otra vez hasta dar con nosotros.  Somos barro y se nos nota en la piel y en cómo nos dejamos moldear sin perder precisamente nuestra esencia.  Hoy vasija, mañana adobe, hoy tierra que nutre, mañana casa que alberga.  Somos, sí, puerta hacia adentro y abrazo apretado, silencio, hombres y mujeres observando cielos nocturnos y construyendo lo que después vendrán a estudiar y admirar mientras pasan frente a nuestra obra más grande sin darse cuenta: esta sangre “manchada” alegremente con tres continentes.
Queda un rescoldo de leños a medio quemar, ni son braza ni leño; molestan, y cuando los creés apagados queman, y cuando los creés encendidos solo hacen humo. Se esconden tras la pólvora y no dejan el oficio de pistoleros que les dieron los gachupines, cuidan lo de otros y birlan lo propio llamándole peaje: después con grado, boina y fusil; fundaron la línea, institucionalizaron el robo y ni su patrón ni nosotros nos salvamos de su ladronismo vil.
Vamos a sus misas y sus cultos, a sus marchas y discursos.  Pasamos de episcopales barrigas con escapulario, al diezmo implacable de los engominados pastores, cambiamos culto por hostiario. Callados, sin que entiendan lo que dicen nuestros ojos y silencio, vamos despacio, como solemos ir; caminando y caminando, llegando más lejos que cualquiera y dejando en el camino a los que vinieron a salvarnos.  Falta una montaña, una vuelta, un camino, falta; pero hemos avanzado sin cansarnos.  Celebramos su septiembre con los desfiles militares de ayer y la ruidosa aculturación de ahora; juramos a su bandera de rifles cruzados, sables y laureles: al pharomachrus mocinno su libertad e independencia le huelen a mazmorra y mentira cobarde.  
Queda nuestra esencia, terca, desconfiada, desconocida aún en este siglo.  Nuestra vocación de sembrar y sobrevivir a todo. Quedan intentos nuevos y lágrimas de contento que se emocionan con un cogollo.  El horizonte ignorado por la ceguera, por el ruido de las cabezas parlantes y los que encontraron gallardía en hacernos la guerra.

Nuestra estrategia funcionó: aquí estamos construyendo un futuro de razas y sangres mezcladas donde quepamos todos y no solo traidores y sus mercedes aduladas.

martes, 6 de septiembre de 2016

Gandules que se ceban



Mientras te cebas al ritmo de tu obturada palabra
destruyendo razón, obra y argumento
se acorta el tiempo para que obtengas lo que tu descerebrada lengua persigue y labra,
disfruta de tu trono
mientras llega con tu deceso dulce alumbramiento
de ideas,
faenas y abanderamientos.
Cuenta muy bien lo que te llevas,
no es calderilla
todo lo que has afanado no alcanzará para recompensar
el daño de tu gandulería.




Este trópico y su gente enamorada...

      Este trópico está lleno de gente enamorada desmemoriada un día subimos a las nubes sobre el mar y al día siguiente nos hacemos...