viernes, 31 de julio de 2015

¿Capos o estadistas?





Las relaciones económicas y las expresiones relacionadas con la política nacional, más parecen reflejo del control del crimen organizado, el narcotráfico o simplemente de los “brutos con pisto”. Lo de tener injerencia en la manufactura de leyes y reglamentos ya no es exclusivo de fuerzas políticas conservadoras y recalcitrantes, no es la arena ideológica donde se libra la batalla del poder. La miseria, el hambre y la explotación ahora también son aprovechadas por los capos. No lo digo yo, lo dice la Cicig en su informe sobre financiamiento
de partidos políticos.

De lo anterior, podemos inferir el interés de los Estados Unidos y su embajada en nuestro país, por la cosa pública y los derroteros del Estado guatemalteco. La amenaza que se cernía detrás de la cortina de hierro fue vencida ampliamente en su patio trasero, y desde entonces “América ha sido para los americanos”. Ahora el desafío a la seguridad nacional es el narcotráfico y los gobiernos cómplices del crimen organizado.

Washington no quiere ser la comparsa de funcionarios y políticos corruptos que se hacen millonarios con los recursos de la población y se soban las manos en espera de los dólares de la “Alianza para la Prosperidad”. De momento, el Estado ha servido para justificar privilegios a través de la política para “tirios y troyanos” y no derechos y obligaciones para todos.

Una manera de desmarcarse de las sospechas de avaricia, tanto de los ciudadanos como del Gobierno del país del norte, sería que los partidos políticos presentaran programas económico-políticos, en los cuales se refleje su apuesta ideológica, además de compartirla y luchar porque avance permanentemente y no solo en época de elecciones; ante la ausencia de lo anterior solo tenemos merolicos, pero no estadistas.

El reformismo al que ahora vemos como única salida posible, es resultado de ese gran vacío ideológico y programático de los partidos, ojalá las reformas no sean aprovechadas para engañar, apaciguar y adormecer a la ciudadanía.

La entelequia de la clase política nos arrastra a una grave crisis de gobernabilidad, y ellos no se dan cuenta, o no les importa. Ya basta de capos: necesitamos estadistas.

martes, 28 de julio de 2015

Locos en el aire





Barrilete sin cola: llévame a cabecear lejos del suelo, volvámonos locos en el aire hasta que el sol haga palidecer nuestros colores.

lunes, 27 de julio de 2015

Estamos muertos






Un viejo a otro: no te maté, no me mataste; aun así estamos muertos. Nos mataron haciendo que nos apuntáramos durante tanto tiempo. 
Mis hijos te odiaron, todavía lo hacen.  Los míos también, aunque lo disimulan.  Mis nietos no te conocen pero aborrecen tus ideas.  En cambio los míos ven tus fotos junto con su padre, para no olvidar.
Estamos muertos. ¿Cuándo se acabará nuestra muerte?

viernes, 24 de julio de 2015

La vuelta a la tortilla



Encontrar la ruta de salida a la actual situación no es fácil, hemos llegado hasta aquí macerando en instituciones y cultura, el caciquismo, la violencia y la descomposición de lo político y la clase política. Hay los que se decantan por la participación en los partidos, otros por realizar reformas jurídicas, y existen los que no creen ni en los partidos ni en la ley: desconfían de sus orígenes y creadores. El asunto es que cualquiera sea la salida, no se trata de lenitivos para esta crisis sino de reventar la sólida roca que encierra a la sociedad y al país en una prisión normativa que, ante la mínima crítica, espanta con totalitarismos y el trasnochado discurso anticomunista.

No estar de acuerdo y criticar a la clase política, al sistema, a las leyes, no significa poseer preclaridad revolucionaria sobre qué hacer para darle la vuelta a la tortilla. “Criticar es reconocer que somos un ser escindido”, arremeter contra lo que nos agobia contiene la conciencia de nuestra complicidad en la reproducción del orden establecido.

Ese “murmullo inarticulado” del descontento social puede ser la energía necesaria para avanzar hacia un nuevo contrato social, no inmediato, no abrupto. La opinión disidente debe continuar, así como este renovado ejercicio activo de la ciudadanía en contraposición con la sociedad y Estado anacrónicos.

Pensar que las reformas serán suficientes es limitado, son el primer paso de muchos que hay que dar. Uno de los problemas de las reformas son los propios políticos, es como amarrar chuchos con longanizas, confiarle los cambios a los que se han aprovechado denodadamente del sistema político y de las leyes, es un tanto iluso: de momento no hay otro camino.

Es hora de preguntarnos qué queremos, hacia dónde vamos: los partidos políticos no lo han sabido interpretar. Responden con violencia a la justicia, se aprovechan del hambre para reclutar gente que solo quiere llevar un plato a su mesa, y también de los que quieren atiborrarse. Tuercen la ley a su conveniencia. ¿De qué institucionalidad hablamos? ¿De la copada por esas mafias electorales y redes de corrupción? A veces hay más honor en el incumplimiento de algo que en su observación…

jueves, 23 de julio de 2015

El perro y el pez



El pez ya sin agua se secó bajo el sol, un perro sarnoso lo engulló sin cuidado: se retuerce el perro, el pez muerto lo está matando, le apuñala las entrañas.

domingo, 19 de julio de 2015

Precisamente

Recordarte ya no me enamora
duele
incomoda,
no sé por qué insistís en venir
precisamente
las noches que más te he olvidado.

viernes, 17 de julio de 2015

Gendarmes de la ignominia



Gendarmes de la ignominia

¿Qué hace falta decir sobre nuestra realidad?  El proceso eleccionario sigue su curso a pesar de las abolladuras del status quo. Los porcentajes de reelección son altísimos, de momento no hay reformas y lo evidente no alcanza ni siquiera para ruborizar a los gendarmes de la ignominia. Esta “primavera con una esquina rota” se nos convierte en un “jardín lleno de ortigas, invadido por la inmundicia y la putrefacción”.

Las diferentes propuestas de organizaciones sociales y plataformas, en su mayoría han sido recogidas por las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos planteada al Congreso de la República por el Tribunal Supremo Electoral, de ser aprobadas se constituirían en un paso hacia el futuro, sin embargo, el presente se impone para que nada cambie mañana.  La calle grita lo obvio, la vileza y los canallas se apoderaron de la representatividad para hacer negocios con niños desnutridos, repartirse el dinero que hace falta en escuelas y hospitales, y proteger sus intereses electorales antes que los de la población.  Impresentables defienden cínicamente su “derecho” a ser candidatos. La reelección, el nepotismo y la plutocracia nos son impuestos a golpe de amparos y desfachatez.

De las decisiones que tome el Congreso en los próximos días y de la permisividad que sigamos teniendo o no como sociedad, depende el destino inmediato del país. No permitamos que la fétida corrupción siga royendo las fibras más sensibles del Estado y los gobiernos, que la infección siga propagándose más allá de los que se hacen ricos de manera corrupta y llegue a instalarse en la razón de quienes los llevamos al poder. Que la duda no nos convierta en cobardes y nos desvíe de este curso de acción en apoyo a quienes están luchando por un Estado donde realmente tengamos políticos y autoridades idóneas y capaces.

Plantarnos democráticamente como ciudadanía responsable ante los “salvadores” contrahechos de la patria, y no permitir elecciones sin reformas, sería una manera de continuar el camino para terminar con los desdenes de las mafias políticas, la injusticia de los opresores, la desidia de los que imparten justicia, y la insolencia de los poderosos.

Este trópico y su gente enamorada...

      Este trópico está lleno de gente enamorada desmemoriada un día subimos a las nubes sobre el mar y al día siguiente nos hacemos...