Más grande que la rabia
el odio a los enemigos
o la tristeza observando algo que se pudre,
más poderoso que todas las monedas juntas
la lástima y la vergüenza,
más importante que las ganas de comerse hasta las vitrinas
o tener multiorgasmos frente a los ojos/espejos;
así es esto que me mueve a buscar una sonrisa
y llevártela de ofrenda al terminar el día.
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