viernes, 12 de mayo de 2017
De lluvia y savia
Cuando llueve nos apaciguamos un poco, pensamos más en los brotes que en segar, lástima que tiene que dejar de llover, quizá si estuviésemos atrapados por los chubascos todo el tiempo la tierra no estaría regada con nuestra propia savia en época seca…
Te amo y te odio
El amor y el odio conviven morbosamente en estas tierras, a veces me pregunto si es eso o que en realidad amamos el odio…
Farolas mentirosas
La luz de las farolas no es la misma, brilla sospechosamente, ya no es cansina, no ilumina sin iluminar; solo su forma nos convence de lo que son: así pasa la vida en éste país, viendo lo que no es donde debería estar la luz…
Cabras cagando en las aceras
Las cabras andan cagando impunes por las aceras y encima nos venden como elixir de vida su leche que hace casa en nosotros para todos sus habitantes. Guatemala busca siempre en el pasado sus desgracias para gozarlas hoy de manera cruda, viva, tibia y reconfortante.
viernes, 5 de mayo de 2017
Un día de furia
Un día de furia
Los discursos de odio están haciendo mella en nosotros. Es enfermizamente normal que nuestros días estén llenos de violencia y que en nuestros espacios de socialización se de cuerda a señalamientos, descalificaciones, prejuicios, cosificaciones y un sinfín de incriminaciones a todo aquel que se salga de los moldes caducos de los dogmas del pensamiento conservador y excluyente que encuentra sus más férreos defensores en los más embrutecidos creyentes de la mano dura.
Una cosa es segura, si seguimos escupiendo odio en cada idea y palabra, será inexorable el momento en el que de manera organizada y justificada en esas ideas, nos arranquemos la vida los unos a los otros: defendiendo el estatu quo o intentando romperlo.
No se trata de Socialismo ni de cualquier cuestión ideológica, sino de simple y llana convivencia civilizada y la certeza de un futuro mejor. No importa si se es de derecha, izquierda o cualquier posicionamiento en el espectro político ideológico, no es “atropellando” (usando el término de manera metafórica o literal) que deben resolverse nuestras diferencias.
Un día de furia lo tiene cualquiera, pero nadie puede convertir ese día en uno de luto para ningún padre, madre o hermano.
Los que defienden la violencia, la corrupción, la muerte, el conservadurismo; están de fiesta, nuestro error sería ir por la venganza. Solo falta que los apologistas de la panel blanca y demás emblemas del gorilismo, quieran implementar la estrategia de “quitarle el agua al pez” en pleno siglo veintiuno, es decir, eliminar a los que apoyen, por ejemplo, la reforma constitucional al sector justicia, los derechos humanos, etc., para que no prolifere la disidencia.
Los guatemaltecos debemos ser mejores que el veneno que han inoculado perversamente durante casi dos siglos en nosotros.
Hay que salir a manifestar todos los días a favor de la vida y un futuro civilizado para el país. A cada acción violenta en la calle, en un palco legislativo, en las redes, en los púlpitos, desde los espacios de opinión, los medios de comunicación, desde donde sea; debemos tener la respuesta firme y segura de lo sensato y no violento.
Todos los días. Hasta que cambiemos esta cultura de odio y violencia que nos mata cada cuatro años o cualquier día. Hasta que no haya necesidad de salir a protestar por la amnesia o simple desidia de los gobiernos y el Estado que un día cobra la vida de 41 niñas y otro, refleja la sociedad que ha construido en la agresión violenta con un vehículo como arma contra 14 estudiantes.
"La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido". (Mario Benedetti)
Los discursos de odio están haciendo mella en nosotros. Es enfermizamente normal que nuestros días estén llenos de violencia y que en nuestros espacios de socialización se de cuerda a señalamientos, descalificaciones, prejuicios, cosificaciones y un sinfín de incriminaciones a todo aquel que se salga de los moldes caducos de los dogmas del pensamiento conservador y excluyente que encuentra sus más férreos defensores en los más embrutecidos creyentes de la mano dura.
Una cosa es segura, si seguimos escupiendo odio en cada idea y palabra, será inexorable el momento en el que de manera organizada y justificada en esas ideas, nos arranquemos la vida los unos a los otros: defendiendo el estatu quo o intentando romperlo.
No se trata de Socialismo ni de cualquier cuestión ideológica, sino de simple y llana convivencia civilizada y la certeza de un futuro mejor. No importa si se es de derecha, izquierda o cualquier posicionamiento en el espectro político ideológico, no es “atropellando” (usando el término de manera metafórica o literal) que deben resolverse nuestras diferencias.
Un día de furia lo tiene cualquiera, pero nadie puede convertir ese día en uno de luto para ningún padre, madre o hermano.
Los que defienden la violencia, la corrupción, la muerte, el conservadurismo; están de fiesta, nuestro error sería ir por la venganza. Solo falta que los apologistas de la panel blanca y demás emblemas del gorilismo, quieran implementar la estrategia de “quitarle el agua al pez” en pleno siglo veintiuno, es decir, eliminar a los que apoyen, por ejemplo, la reforma constitucional al sector justicia, los derechos humanos, etc., para que no prolifere la disidencia.
Los guatemaltecos debemos ser mejores que el veneno que han inoculado perversamente durante casi dos siglos en nosotros.
Hay que salir a manifestar todos los días a favor de la vida y un futuro civilizado para el país. A cada acción violenta en la calle, en un palco legislativo, en las redes, en los púlpitos, desde los espacios de opinión, los medios de comunicación, desde donde sea; debemos tener la respuesta firme y segura de lo sensato y no violento.
Todos los días. Hasta que cambiemos esta cultura de odio y violencia que nos mata cada cuatro años o cualquier día. Hasta que no haya necesidad de salir a protestar por la amnesia o simple desidia de los gobiernos y el Estado que un día cobra la vida de 41 niñas y otro, refleja la sociedad que ha construido en la agresión violenta con un vehículo como arma contra 14 estudiantes.
"La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido". (Mario Benedetti)
http://lahora.gt/un-dia-de-furia/
Catacumbas de la esperanza
Estas tardes
se parecen nuestros pechos
con retumbos que se escuchan por todos lados
aunque a nadie le interese la reverberación de las catacumbas donde habita la esperanza.
La lluvia te calla
La lluvia te calla
te remite a otros tiempos
te envuelve en tus propios momentos de paz
te lubrica los sueños
te moja los surcos con semillas olvidadas
y te avasalla con un cardumen de caricias que se te encharcan en el pecho.
miércoles, 3 de mayo de 2017
Tremendismo, eucalipto y vientos de agua
Si se me quiere caer la quijada
hago un caldo de pollo
si es el tremendismo el que se quiere desbordar
baño a mi pequeño con eucalipto
y cuando ya no puedo contra la realidad
me escapo y purifico con estos vientos
de agua.
País sin espejo
Éste país no tiene espejo
no se sabe bello
ni tampoco conoce su propio gesto
de espanto
por eso se cree cuanto le digan sobre él
o se pone a remedar a cualquiera
éste país no tiene espejo
o simplemente finge que no se ve...
Analfabetismo amoroso
Existen corazones que se raspan por dentro
al latir
y cualquier día
"atropellan" a los demás
con su analfabetismo de gorriones
mariposas
y demás menesteres de una vida amorosa.
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