martes, 20 de febrero de 2018

Un niño y una caracola



Un par de palabras
viajan por un embudo
caracolesco
marino
y llegan a su destino
al final de su pintoresco
camino
donde juegan a ser escuchadas por siempre
como murmullo
insistente
de aquello que un niño alguna vez fabricó dulcemente:
sonríe
dicen al que alza su sonora morada
sonríe
que la vida es juego y mascarada...


El rastro pequeño de sus pies
se va borrando
mientras se le ve alejarse con una caracola...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pequeña muerte...

Cada vez que así muero renazco limpio, en paz: pleno. Y para seguir viendo a los ojos a enemigos, traidores y estultos, escojo morir un ...