El paisaje que transitamos
desde la raíz hasta el otoño
va cambiando sus imágenes al compás de los que se devoran la belleza y lo llaman desarrollo,
la guardan en los bancos
o la vuelven vulgar y "buchón" disfraz.
Llenan de mierda una joya cristalina y la vuelven suampo
construyen un "alegre" monumento a la vacíes
con un fétido matadero de animales a sus espaldas
levantan monumentos de sí mismos diciendo que son para sus dioses...
A mí, me arruina la pupila
y los recuerdos,
me satura la basura vestida con el mismo uniforme
en el trópico o en las tierras altas,
en un país pobre
o en cualquier lugar del mundo.
Me quedo alegremente con el paisaje de parques sin jaulas,
de esquinas iluminadas a fuerza de carcajadas vecinales,
con caminos verdes y los colores que le nacían a la tierra.