Argonautas de ésta época, dónde está Jasón y dónde el vellocino. Dónde nuestra Argos, para qué somos marineros si no tenemos ninguna vela, ningún polvo de estrellas que nos guíe.
Se nos perdieron los héroes, se nos palideció la sangre. Tenemos el oficio olvidado, perdimos el toque, la magia. Ya nada hemos de hacer contra los que compran voluntades, nuestras alquimias no surten efecto, todos reclaman su mercancía a cambio de cada movimiento de cualquiera de sus músculos.
Argonautas de ésta época, uníos, de lo contrario ésta Argos en la que viajamos todos, que sí tiene su Jasón, y que sí sabe dónde está su vellocino, nos conducirá al centro mismo de un agujero negro.
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