viernes, 21 de agosto de 2015

El día después...


http://www.s21.com.gt/itaca/2015/08/21/dia-despues

El día después de las elecciones sabremos si la moral del mercader político es la misma que la del pirata; cualquiera sea el resultado, eso no cambiará en lo inmediato las profundidades de donde nacen las iniquidades en nuestro país. Nuestra decadencia, la de los políticos y la política, nos asesina el futuro. En 2016, el que gane tendrá que dar muestras claras de cómo su hacer político es diametralmente opuesto al actual. Si así lo hace, será nuestro deber apoyarlo. Si no, será nuestro deber enfrentarlo. ¡El estadista lo entenderá!

El comisionado Iván Velásquez alertó a la población las semanas anteriores sobre la importancia de estar atento, de involucrarse; no llamó al legislativo, al ejecutivo, al sector justicia (sí, en minúsculas) a preocuparse por enderezar el curso de este Estado cuasi fallido, o decididamente fallón: el mensaje es claro, “sus instituciones están jodidas, hagan algo o padezcan”.
El contexto del próximo gobierno será de inestabilidad y crisis de gobernabilidad: los recursos no alcanzan, no alcanzarán, y los problemas derivados de la débil legitimidad y representatividad exacerbarán casi cualquier cosa.

Es hora de estar a la altura de las circunstancias, y de manera legal y organizada, desplazar a los sinvergüenzas que se han apoderado de los espacios públicos de decisión. Ya no nos deberían preocupar las elecciones y sus resultados, sino el día después, y los otros 364. Aun en el marco jurídico que ellos mismos han hecho a medida, la lucha por la depuración de los poderes del Estado puede servir para ir retomando confianza en la “Res publica”. Vencer la histórica anomia que denota nuestro actuar reactivo, nuestra ciudadanía intermitente y dispersa, es fundamental para hacer lo que les exigimos a los partidos y funcionarios; solo así el futuro será distinto. De lo contrario padeceremos a poderosos que prometen protegernos de bandidos, que cuando no les es prudente parecer vigorosos y desinteresados paladines, se transmutan a verdaderos malandrines.

Tiene que venir José Mujica a decirnos “hay que ser responsables y dejar de quejarse”. Las hostilidades serán largas, el equilibrio no se logra de la noche a la mañana.

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