Para cuando la pequeñez y la vileza vinieran
en las alforjas llevaba días de lluvia caminando entre senderos y sonrisas que los Saraguates reclamaban guturalmente
para cuando la ingratitud y la injusticia vinieran
en las alforjas llevaba silencios amorosos
lecciones sin reflectores
y un nudo en la garganta hecho de pura ternura
para cuando la lambisconería o el abuso de un lomo joven vinieran
en las alforjas llevaba la sencillez de la gente que vale la pena y le llenaron las alforjas… y lo que se lleva en las alforjas sirve para seguir.
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