Vamos
a corazón desnudo
sin que nadie nos diga dónde está el el clítoris o el glande o la razón del mundo
y de nosotros mismos.
A corazón desnudo
como aprendí contigo
después de encontramos
dándonos los retazos de lo que se podía ver entre nuestras costuras
eso que se oculta
que se prohíbe
que se profana por primera vez, a contramano de los clichés
y no hay Pacaya que explote más fuerte
ni Lembert que sea más frío.
Así es la vida, ensayos y errores
éxtasis y faltantes.
A corazón desnudo te digo,
este ensayo: enseña sobre fuegos y deshielos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario