viernes, 20 de abril de 2018

Magnus


"Magnus es un planeta verde y amarillo con flores de todos colores, en su centro hay un pensamiento en una burbuja de color rojo que le da vida y que viene de un pedacito del planeta tierra luego de que explotara" Kamilo

Latitudes prohibidas




Existen latitudes que no serán nuestras porque la piel que las habita no habla nuestro idioma y no le seducen nuestros ademanes.

Cal y sílice



No hay cal ni silice suficiente para crear el reflejo de un egoísta. Arrasan con la verde natura y dejan cráteres donde tampoco caben sus vacíos. Y no. No es suficiente. El espejo que necesitan para verse y que los vean, siempre será muy pequeño.
Qué será de esos seres cuando su vanidad no merezca una mirada...

Te espero




A veces los silencios son más oblongos de lo que se puede soportar, pero también lo es la alegría al final de la espera. Te espero.

jueves, 15 de marzo de 2018

Balam por las noches




Las ventanas no pueden abrirse más y solo después de muchas bocanadas la temperatura admite alguna prenda sobre los labios afiebrados de éste pre-viejo Balam. Beber agua del río de la vida te deja ronroneos y gruñidos adornanando los rincones de cada bigote y pata y mancha y lengua y todo.

Exequias


Me cansé de asistir a mi funeral durante meses, no iré más. Ese camino de ida y vuelta dejando los dientes a la vera para las serpientes que se arrastran bajo mis plantas o van de copa a copa sobre mi cabeza; esas ocho vueltas completas al sol y las cuatro a la tierra, fueron mis verdaderas exequias. En más, abonaré tus bucles hasta que la raíz sea profunda.

Donde terminan las olas




Donde terminan las olas existe un faro que no se cansa de dar vueltas y resulta ser más fuerte y duradero que cualquier tormenta. Donde las olas se agigantan no hay luz ni nadie que haga arder su rancho para salvarte. Hay sugerentes profundidades. Escondites para salvarse de cualquier astro. Bichos luminiscentes. Infortunados restos de la temeridad, la chulería y la soberbia. Ya casi toco la orilla, llegaré como me gusta. Nadando.

Cabeza que no termina de rodar



Solo si tienes, te pido una cadera nueva y un corazón más pequeño, un brazo izquierdo menos dolorido y más noches con sueño, menos culpa y más amor. Te pido, si tienes, solo si tienes, un par de ojos que vean de cerca y una cintura que no cruja. Una certeza de doce meses. No te lo pediría si no fuese necesario, pero si tienes, te pido me ayudes con unas goteras, son muchas, creo que podría usarlas para tener agua por las mañanas. Y bueno, si tienes, te pido un par de aguacates para no tener que robarlos elegantemente todos los jueves por la tarde. Y ya que estamos en lo de pedir, te pido hagas filo a tu hoja porque la cabeza que intentas cortar no termina de rodar.

martes, 27 de febrero de 2018

“Uno es lo que ama…” y yo amo a un niño que es una Galería.


Ambos entramos como haciendo una travesura, empujamos la puerta suavemente hasta que nos delató un “llamador de ángeles”, ya estábamos dentro y nos sobrecogió el silencio luego de vencer el sonido del volantín delator. Nos quedamos callados y casi inmóviles, nos miramos y encogimos los hombros. Cada uno a partir de allí, voló por cuenta propia. Había tanto que ver, y unas ganas casi incontrolables de tocar. Estábamos dando vueltas en la entrada de aquella casa vuelta galería de arte, uno halaba de la camisa al otro para llamar la atención sobre cada carnaval de colores que hacia fiesta dentro de nosotros. Éramos dos niños en una dulcería. De pronto una voz nos habló desde lo alto; volteamos muy, pero muy despacio, como cuando te cachan en la movida. Era Tomás, no alcanzamos a entender nada de lo que nos dijo, pero sonreía, así que se nos fue el susto. Bajó muy despacio mientras seguíamos avanzando, retrocediendo, subiendo, bajando: alucinando. Al fin llegó hasta donde estábamos y saludó a Kamilo, le dijo tres o cuatro cosas, el pequeño volteó a verme y me preguntó sobre lo que le había dicho el anfitrión; no sé contesté, pero creo que te está regalando una postal de esas que están en el canasto. Mi hijo se abalanzó sobre las imágenes; eran seis grupos de litografías que Tomás amablemente nos había explicado sobre autores, las técnicas originales y demás. Kamilo lo miraba e intentaba entender; al fin se decidió y señalo con su mano izquierda una, Tomás se la alcanzó y le dijo, es un regalo. Me derretí mientras aquel “curador”, sin saberlo, hacía su trabajo… curar.

Seguimos el viaje por aquella sinfonía de formas y colores, se notaba que una mano había dispuesto cosas simples con tal delicadeza que se habían tornado bellas, que había añejado, fusionado, y dejado al tiempo dar brillo a lo ordinario. Además, estaban los lienzos de varias artistas de varios pintores. El tiempo se fue muy rápido, no sabíamos qué hacer; si dar otra vuelta, simplemente sentarnos un rato. Jugar con lo que se pudiera, y claro, llevarnos algo.

Nos paramos frente a una pintura de “Francisco Guzmán” (creo), y fue lo mejor. Kamilo se puso a explicar qué veía y simplemente se me anudó el cogote escuchando a aquel pequeño hablando del inframundo y cómo de la superficie debemos ir hasta la raíz del fuego para que los volcanes estén en paz y nuestro cielo se mantenga hermoso. Lo mejor, arranca y va a explicársela a Tomás mientras le pide le firme la postal que le había regalado, paró explicándosela a Sabine, su compañera. Sabine escuchó amablemente y abrió los ojos mientras la explicación del muchachito se ayudaba con las manos y hablaba de lo volcánica que es nuestra tierra pero que eso no significa que sea mala, sino que tiene mucha fuerza. Yo, me quedé parado afuera intentando contener lo pluvial de mi ñoñería. Regresó Tomás con la postal firmada, nos despedimos y ese día, nuevamente, fui feliz.

“Uno es lo que ama, no lo que le ama… Eso lo decidí hace mucho tiempo.” (El Ladrón de Orquídeas, Spike Jonze). Y yo, amo a ese muchacho y sus ojos limpios y su corazón abierto y su desfachatez que reparte felicidad por donde pasa.

lunes, 26 de febrero de 2018

A dos manos...




El sol apunta y le da brillo
a esa belleza que suele engullir miradas y corazones
el volcán nos observa desde lejos
pero nada logra distraernos de lo realmente bello
Nosotros.


"Kamilo y yo garabateaando y viéndonos a los ojos luego de estar observando un lago hermoso y un atardecer maravilloso, pues nos pusimos ñoños".

Pez volador




En otra vida fui pez de esos que vuelan
en esta aprendí a nadar y no he de morirme sin aprender a volar
o quizá el viaje final sea como un vuelo infinito.
Ojalá.

Este trópico y su gente enamorada...

      Este trópico está lleno de gente enamorada desmemoriada un día subimos a las nubes sobre el mar y al día siguiente nos hacemos...