sábado, 25 de octubre de 2014

Las yemas de los dedos y las otras yemas...







Escribir con panela en las yemas de los dedos, pues no me sale de las otras yemas.  Aunque a veces da pena tanta acidez, no es razón suficiente para ponerse ñoño y machacar con dulces imágenes y palabras bellas y empalagosas.  Cada vez que los brazos del reloj se mueven, nos alejamos, nos acercamos, avanzamos y retrocedemos, al pasar el tiempo entonces, nos encontramos estancados, no en un momento, no en un lugar, sino es esta condición de incivilizados que nos toca vivir y sobrevivir.  Se nos vuelve un imperativo construir burbujas que dejen fuera lo que pueda tocar lo que creemos santo y puro, bello y níveo, nuestra familia, nuestras ideas, nuestra espiritualidad; donde quepan nuestra felicidad, paz y sonrisas.  En una oportunidad alguien me preguntó si Guatemala cambiaría alguna vez, la verdad no supe que contestar, fue hace años, aún no tengo una respuesta; honestamente creo que toda vez ignoremos nuestra realidad, la respuesta no empieza a esbozarse siquiera.




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