Viene la imbecilidad envueltita
en corazones y mentes pequeñitas, con más morro que sensatez, viven de cuerpos
putrefactos que andan sobre dos patas y tienen dos extremidades pero no
alcanzan a ser humanos. Vienen los
demonios a alimentarse de los imbéciles, se hartan tanto que les es difícil ser ubicuos y muchas veces se quedan a vivir en ese cuerpo inútil, en ese ser
imbécil, lo hacen creer sus propias estupideces y es así hasta el final de sus
días: después de haber hecho mucho daño, luego de no haber aportado más que
podredumbre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este trópico y su gente enamorada...
Este trópico está lleno de gente enamorada desmemoriada un día subimos a las nubes sobre el mar y al día siguiente nos hacemos...
-
Julio Roberto Cáceres, “El Patojo”, compañero militante del Partido Guatemalteco del Trabajo en la época de la Revolución del 44 y la poste...
-
Pendejo del latín pectinículus de pecten-inis 'pubis', significa pelo que nace en el pubis. Sin embargo utilizamos esa palabra par...
No hay comentarios:
Publicar un comentario