Los buitres regurgitan sobre nuestros pies: huele a podrido por donde pisemos. Los buitres bajan de su vigilancia artera y se alimentan de lo que queda de nosotros, luego tienen el descaro de regurgitarnos en los pies los restos macerados de nuestra lengua y corazón. A donde quiera que vayamos, llevamos la hediondez de lo podrido en nuestros pies, donde quiera que pisemos dejamos el fétido olor de lo descompuesto: mientras tanto los buitres siguen en vigilia voladora, ávidos de más lenguas y corazones.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este trópico y su gente enamorada...
Este trópico está lleno de gente enamorada desmemoriada un día subimos a las nubes sobre el mar y al día siguiente nos hacemos...
-
Julio Roberto Cáceres, “El Patojo”, compañero militante del Partido Guatemalteco del Trabajo en la época de la Revolución del 44 y la poste...
-
Pendejo del latín pectinículus de pecten-inis 'pubis', significa pelo que nace en el pubis. Sin embargo utilizamos esa palabra par...
No hay comentarios:
Publicar un comentario