jueves, 19 de febrero de 2015

Zopiloteando




Ayer un amigo me llamó muy temprano porque su esposa sufrió un accidente de carro, afortunadamente su compañera está bien.  Inmediatamente puse pies en polvorosa y salí despepitado para el lugar, como a un kilómetro y medio de mi casa; al llegar habían ya una patrulla y una ambulancia de los bomberos municipales: 5 policías y 2 bomberos.  Minutos después otra patrulla y otra ambulancia, 4 policías  y 2 bomberos más.

Con mis súper poderes, que solo yo sé que tengo, escaneé a la esposa de mi amigo de pies a cabeza y concluí que no tenía nada grave, además de un susto inmenso y magullones propios de una caída libre de casi 75 metros con una pendiente sabrosa; dicho sea de paso, tuvo el tino de pasar entre dos pinos galanes y un encino joven; desde abajo la carretera se veía muy en lo alto, así que después de las vueltas, la bajada, el pinball extremo y como quedó el carrito, para mí, no tenía nada la compita: menos mal.

Se fue aclarando poco a poco el panorama luego de que los cuatro bomberos la revisaran y preguntaran muchas cosas, además de los policías, que al final eran 9, todo mundo más tranquilo cuando ella salió con su propio pie y subió caminando lo que había bajado con el carro; cuando ya me sentí tranquilo de que mi escáner no fallaba y que ella estaba bien, me di cuenta de que estábamos rodeados y había una suerte de danza “ zopilotesca”, entonces ya cambié de súper poder y me pasé al poder “chapineitor” oséase, de aguante mezclado con mandar un poquitito a la mierda a todos los aprovechados.

Resulta que los bomberos querían llevarse a la compa, uno de los bomberos ofrecía una grúa cada 2 minutos, los policías preguntaban sobre cómo sucedió el accidente, que dónde estaba quién venía con ella, si se chocó a otro carro o si había alguien más herido.  Al principio pensé, qué eficiencia, pero luego de un rato, cuando al fin se logró que se fuera la compa a un lugar para que la atendieran y se fue en otro carro y no con los bomberos, zas, “compa, mire pues nosotros venimos primero vaá, estamos a la orden, una colaboración nos ayudaría, aunque no hayamos trasladado nosotros a la señora”, dos pasos y “mire joven, gracias a dios la señora está bien, pero nosotros hicimos nuestro trabajo, necesita una grúa”.  Me doy la vuelta y “señor mire, a ver si no hay problema porque hay un árbol con un golpe (ahí si ya me cagué de la risa) y esto es propiedad privada, si el dueño del terreno nos lo pide tenemos que consignar el vehículo”. Me muevo a otro lado y “jefe, mire, cuesta andarse moviendo sin combustible, y respondimos rápido usted, no nos da para un par de galoncitos”.  En fin…

Todos queriendo sacar algo de la situación de desgracia de un ser humano en problemas.  Sinceramente, aunque cause gracia es una verdadera decadencia, social y pública.  Por supuesto, a cada quien mandé con todo respeto y elegancia, un poquitito a la mierda, menos mal todo salió bien y a nadie hubo que darle nada de nada y lo más importante, la salud de la esposa de mi amigo está muy bien.

La realidad en este país nos lleva, lleva a casi cualquiera, a “zopilotear”, es tal el grado de descomposición social (y aquí no hablo del estigma de los mareros y demás reduccionismos) que andamos viendo como birlarle algo a alguien, que se descuide o que el Sistema lo tumbe, que caiga en desgracia o que simplemente sea más débil; y todo, con una “justificación razonada”.  El problema no son los políticos, el problema no es el gobierno, creo que va mucho más allá, tiene que ver con el Sistema, el todo social, jurídico y cultural que conforma nuestro país.

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