miércoles, 25 de febrero de 2015

La batalla fue hermosa...


Una pradera interminable esperaba la batalla, apenas se asomaban colinas, la vista alcanzaba a perderse en las pequeñas figuras que subían y bajaban a cada paso que daban, iban creciendo y haciéndose más: él, solo sabía que detrás venía alguien, ni siquiera volteaba la mirada, iba seguro a enfrentar el destino; su padre lo alentaba desde las estrellas y le aseguraba que todo estaría bien.  La respiración cada vez más fuerte, el corazón acompasado con el retumbar de la tierra que temblaba bajo las plantas de los guerreros, el miedo hecho astucia, la piel sudorosa, las manos empuñando versos; la batalla, y entonces: bajó su padre del infinito, montado en un caballo llamado “bestia”, acompañado de osos, lobos y fieras de todo tipo.  Juntos fueron al encuentro de la muerte, la batalla fue hermosa, el final no importa.

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