Mi corazón se paraliza,
entre lágrimas confieso que tengo miedo
y tú
con la sonrisa puesta
y sin mirar atrás,
inicias tu camino.
No pares,
aunque te lloremos
y te hagamos pucheros,
sigue hasta encontrar algo que merezca la pena detenerte.
Mientras tanto,
crece
y edúcanos este amor tan grande
y tan cobarde.
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