reflejaban tu impúdica ambición,
despertaste mi más sincera grima.
En tu sangre adelgazada,
cuarteada con mal gusto y ostentación...
se sedimenta el albañal de tus ideas.
La dignidad estará de pie cuando el plomo de tus monedas te haya envenenado mortalmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario