Suavecito, empezando el día antes de que se levante el sol, pensando en lo que hay que enfrentar; me levanto y me niego a no salir, a atrincherarme, a apertrecharme y atrincherarme. Lo normal, un hombre muerto; el torso en la banqueta, las piernas en la calle. Lo normal, “movimientos” geniales en el tablero de ajedrez de la política nacional: demostraciones de fuerza, grandes obras a construir, oídos sordos al kaibilito, necios con vocación de cobardes, cobardes con vocación de estrategas, no hay buses por acá, un herido por allá, la radio y sus letanías, farolitos sonoros que truenan suceso tras suceso, como dicen los patojos/as: como el salmón, siempre contra corriente, así vive el guatemalteco en esta GUATEBALA.
En oriente se le dice "río arriba" a los que van contra corriente. Hacen falta muchos salmónes río arriba en este país, muchos, pero que naden, que se descojonen luchando por llegar, no importa si es solo a poner huvecillos y después morir; llegar y multiplicarse, esa debería ser la consigna. Ir contra corriente y no aceptar la muerte como algo normal; ir río arriba y no aceptar las mentiras y los engaños de quienes se paran desfachatamente frente a las cámaras y micrófonos a dar explicaciones sobre los porques de tanto poder de un preso, sí, un preso que colabrora para rehabilitar a otros presos, por favor, pendejos no somos.
Como el salmón que o llega o se muere en el intento, entonces llegar de una puñetera vez a la democracia, al Estado de Derecho, a la Justicia, o morir en el intento, si es que no vamos muriendo ya un poco, cada vez que que vemos a alguien muerto, tirado en la calle, cuando sufrimos al dejar el hogar y no saber si se volverá o si al volver todo estará bien. O morir construyendo herramientas, partidos, organizaciones, palabras, letras, hablando, diciendo, gritando. Algo hay que hacer para ir río arriba. Morir desenmascarando farsantes que dicen que van río arriba pero no es cierto.
En fin, toca sobrevivir el día, dar un par de coletazos e intentar que no te arrastre la corriente, buscar una piedra y apoyarte en ella, juntar fuerzas y dar un coletazo más, río arriba...
P.D. Otro día hablamos de los que "pescan" salmones...
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