Hace
doscientos años quizá hubiese escrito sobre la rebeldía. Hace quinientos años,
también. Hoy, no sé, hoy, toca escribir sobre la memoria y hacer recuento de
las veces que debimos ser rebeldes. Mañana, si nos enamoramos en serio de la tierra que nos nutre y la sangre que nos une, quizá podamos escribir sobre otra cosa que no sean motivos para incendiarlo todo.
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