miércoles, 4 de mayo de 2016
Cristal roto
Recogí el cristal roto
y apreté las imágenes que guardaba:
feliz, las manos sangrando
y sin saber qué me había lastimado más;
corrí descalzo por la noche.
lunes, 25 de abril de 2016
Guatemala profunda: voz del agua y la tierra
Autor: Daniel Morales
Hacerse escuchar en este país no es tarea fácil. Ustedes se imaginan un país con verdadero
acceso a la salud y la educación, con niños nutridos y sin razones para
desertar de la escuela, un lugar donde no se usara la ignorancia de los pobres
para reelegirse una y otra vez como alcalde o diputado. Una tierra de indígenas vistos como la raíz
de la patria, campesinos respetados y apoyados para desarrollar al país desde
el campo y así progresar juntos. Seguramente las marchas tendrían otras
razones, pero hoy es necesario alzar la voz y hacerse escuchar por el agua y la
tierra.
El agua es un botín que han explotado a placer y sin ninguna
regulación aquellos que contaminan y tienen la capacidad de desviar ríos, sin importar
el daño que causan al ambiente y a las familias que necesitan de nacimientos,
ríos, lagos, lagunas y costas marinas.
El acceso tierra es un problema sin resolver y sin visos de
soluciones verdaderas, año con año se atenúa comprando tres o cuatro fincas,
sin que sean las mejores o las más baratas, se “soluciona” la problemática para
decenas de familias por año, pero la demanda es realmente de miles y el monto
para resolver definitivamente este problema estructural suma miles de millones
de quetzales, los cuales no existen en la planificación de los gobiernos porque
el problema realmente no interesa. Esto
sin mencionar todo lo relacionado con la regularización de tierras; CICIG y MP
apenas han rascado la superficie…
El modelo de desarrollo rural y el acceso a la tierra deben
ser replanteados, no es solo una cuestión de propiedad, sino de desarrollo y
progreso. La Ley para el Desarrollo
Rural Integral lleva años discutiéndose y ahora es el Ejecutivo el que discrepa
con su contenido, mientras tanto, la vida en el agro guatemalteco sigue siendo
muy dura, inhumana e irresponsablemente conveniente para los que gustan de
“mano de obra barata”.
La marcha por el Agua y la Madre Tierra es un grito más de
la Guatemala profunda, la clase política no debería desoír sus planteamientos,
la coyuntura es perfecta para transformar realidades o transformar
instituciones donde no tengan cabida los que no escuchan.
miércoles, 20 de abril de 2016
Remedo de presidente
Colaboración para Mundiario.com
http://www.mundiario.com/articulo/politica/hombre-simple-remozado-gags-nos-va-dejando-mal-chiste-pais/20160419191205058388.html
Tres meses han sido suficientes para esbozar el gobierno de Jimmy Morales,
entre otras cosas: pide donaciones para superar la crisis hospitalaria,
solicita a los maestros que donen escritorios para sus alumnos (luego
dice que fue un chiste), ofrece a Donald Trump mano de obra barata para
construir el muro entre México y Estados Unidos (y luego argumenta que
fue ironía), desdice sus ofrecimientos de campaña aceptando tránsfugas
en su partido, no tiene liderazgo en la bancada oficial y ésta pone de
rodillas a sus gobernadores, escribe país con “z” y todo él resulta ser
un remedo de presidente.
Guatemala atraviesa uno de los momentos más importantes de su vida democrática, los golpes que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el Ministerio Público han dado a estructuras criminales enquistadas en el gobierno, han sido fuertes, y lo mejor, tupidos. Sin embargo, la clase política se lo toma a juego y sigue comportándose de manera irresponsable, prepotente y aferrándose a la impunidad. El presidente Morales no sale de su rol de “actor” sin darse cuenta que ya no está en la farándula, ya no produce, dirige y actúa en películas de mal gusto, ahora dirige un país. No está a la altura de las demandas ciudadanas y tampoco le sigue el paso al comisionado Iván Velásquez y la fiscal Thelma Aldana. Su periodo presidencial apenas comienza y ya da miedo lo que le falta por recorrer.
El actual presidente parece protagonizar su propio reality show, no sale de su postura de “actor y comediante”, hace chistes impropios, intenta con metáforas, fábulas y cuentos, gobernar un país que precisa de experiencia, capacidad, profesionalismo y política de altura. No es consciente del daño que hace y en sentido contrario, piensa que es “Pepe Mujica Chapín”.
Mientras tanto, en Guatemala mueren niños por desnutrición aguda en la puerta de los Centros de Salud o muy lejos de ellos, y el Sistema de Salud en general está en crisis. La violencia se ha vuelto parte del paisaje y ya nadie se sorprende por los muertos diarios en manos del crimen organizado. El Congreso de la República reúne a muchos guatemaltecos realmente impresentables (ineptos, corruptos y cínicos). Los encargados de dirigir el país no tienen rumbo, los representados por ellos tampoco lo tenemos.
Las bromas de mal gusto en materia de política internacional son errores imperdonables. Hasta ahora el gobierno del presidente Morales ha resultado ser un mal chiste, digno de un mal comediante.
Guatemala atraviesa uno de los momentos más importantes de su vida democrática, los golpes que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el Ministerio Público han dado a estructuras criminales enquistadas en el gobierno, han sido fuertes, y lo mejor, tupidos. Sin embargo, la clase política se lo toma a juego y sigue comportándose de manera irresponsable, prepotente y aferrándose a la impunidad. El presidente Morales no sale de su rol de “actor” sin darse cuenta que ya no está en la farándula, ya no produce, dirige y actúa en películas de mal gusto, ahora dirige un país. No está a la altura de las demandas ciudadanas y tampoco le sigue el paso al comisionado Iván Velásquez y la fiscal Thelma Aldana. Su periodo presidencial apenas comienza y ya da miedo lo que le falta por recorrer.
El presidente Morales no sale de su rol de “actor” sin darse cuenta que ya no está en la farándula, ya no produce, dirige y actúa en películas de mal gusto, ahora dirige un país.
El actual presidente parece protagonizar su propio reality show, no sale de su postura de “actor y comediante”, hace chistes impropios, intenta con metáforas, fábulas y cuentos, gobernar un país que precisa de experiencia, capacidad, profesionalismo y política de altura. No es consciente del daño que hace y en sentido contrario, piensa que es “Pepe Mujica Chapín”.
Mientras tanto, en Guatemala mueren niños por desnutrición aguda en la puerta de los Centros de Salud o muy lejos de ellos, y el Sistema de Salud en general está en crisis. La violencia se ha vuelto parte del paisaje y ya nadie se sorprende por los muertos diarios en manos del crimen organizado. El Congreso de la República reúne a muchos guatemaltecos realmente impresentables (ineptos, corruptos y cínicos). Los encargados de dirigir el país no tienen rumbo, los representados por ellos tampoco lo tenemos.
Las bromas de mal gusto en materia de política internacional son errores imperdonables. Hasta ahora el gobierno del presidente Morales ha resultado ser un mal chiste, digno de un mal comediante.
lunes, 18 de abril de 2016
Petición amorosa
Una chispa que crece
y anuncia llamaradas,
me ha pedido lumbre.
Y yo que pensaba había nacido de nuestros rescoldos,
pero sucede que somos nosotros
los que nacemos y nos reinventarnos con su luz.
(Kamilo me pidió que le escribiera algo)
viernes, 15 de abril de 2016
Autorretrato
La columna de hoy: el oficialismo, su torpeza y la cloaca que han hecho de su bancada, es un autoretrato del Legislativo. http://www.s21.gt/2016/04/autorretrato/
Autorretrato
Cuántos “Giordanos” caben en un diputado que ha sido reelecto dos, tres o más veces. De quién aprendió el “dipukid” las mañas que han quedado al descubierto. No nos engañemos, el diputado Giordano es el autorretrato de buena parte del Congreso de la República y buena parte de los electores. Luego de superar el estupor con el que observamos las respuestas y justificaciones del diputado, es necesario preguntarnos si el Congreso tiene algún futuro, si las nuevas generaciones ya están pudriéndose junto con los despojos gangrenados de la vieja política; sirve de ejemplo de esta perversa simbiosis, la equivocada, torpe y nauseabunda defensa de la bancada FCN Nación.
Toda vez sigamos con el mismo sistema electoral tendremos que seguir “aguantando Giordanos”. Por supuesto que debería renunciar, pero eso no solucionará el fondo del problema, sus causas y los efectos en los ciudadanos. Esta clase política representada en el Legislativo, no solo ha puesto de rodillas al funcionario del Ejecutivo, sino a la ciudadanía en general.
La impúdica mayoría que ha construido en el hemiciclo puede ser lastre, en lugar de salvavidas. Entre novatez y los chacales que sumaron, en poco tiempo han defraudado a sus bases y puesto en evidencia que están dispuestos a todo, con tal de tener el poder suficiente para competir con el presidente de la República.
Es lamentable que a solo tres meses de la nueva legislatura, la idea de la depuración sea sugerente y empiece a ser el nuevo combustible de la plaza. Las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos no fueron suficientes, de colores o no; y lo sucedido con Otto Pérez y Baldetti, y todo lo demás que han destapado la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala y el Ministerio Público, parece que no dejó lecciones en los “padres de la patria”.
Las comunidades, los hermanos indígenas y campesinos marchan hoy por el agua y la tierra: no cejan en su esfuerzo por rescatar lo que nos queda de país. Cuándo marcharemos todos por la patria, cuándo haremos nuestros aquellos versos de Otto René Castillo: “Vámonos patria a caminar, yo te acompaño…”.
domingo, 10 de abril de 2016
El Ejecutivo llora
La columna de hoy: Mientras la gente muere los diputados oficialistas hacen chiste del despotismo. http://www.s21.gt/2016/04/el-ejecutivo-llora/
El Ejecutivo llora
La separación de poderes viene siendo una fábula que en Guatemala podría incluso ser cuento de terror. El movimiento que le garantizó al partido oficial convertirse en la bancada mayoritaria en el Congreso de la República, dando así al ejecutivo más posibilidades de equilibrar fuerzas de cara a gobernar con menos tropiezos, recibió un revés con la votación en contra del veto presidencial a la citación de ministros al Legislativo.
El Ejecutivo llora
La separación de poderes viene siendo una fábula que en Guatemala podría incluso ser cuento de terror. El movimiento que le garantizó al partido oficial convertirse en la bancada mayoritaria en el Congreso de la República, dando así al ejecutivo más posibilidades de equilibrar fuerzas de cara a gobernar con menos tropiezos, recibió un revés con la votación en contra del veto presidencial a la citación de ministros al Legislativo.
Si bien es cierto que la vigilancia de los vigilantes está en el limbo,
mantener fiscalización sobre el quehacer gubernamental es básico para
evitar que sean “corruptos y ladrones”, aunque los diputados, unos más
otros menos, deben tener claro que fiscalizar y extorsionar son dos
cosas completamente distintas.
Para recuperar el prestigio que debe tener un ente como el Legislativo hace falta mucho, pero sería un gran paso avanzar en la reforma de la Ley Orgánica del Congreso. No basta con ganarle escaramuzas al presidente y su bancada. Si los desaciertos de la Presidencia de la República no alcanzan para despertar a la Plaza o a los padrinos de las revoluciones de colores, el Congreso siempre es un buen candidato.
Se acabó el tiempo comprado diputado Taracena: ¿Qué más tiene? Se les acabaron las virginales posturas, señores del partido oficial: ¿Qué más son capaces de hacer? El oficialismo debe tener cuidado, el despotismo sería la gota que derramaría el vaso. Que una gobernadora salga llorando de su propia bancada es un indicador de cómo la política llora sangre en Guatemala.
¡Déspota, mira aquí cómo tu ciego/ Anhelo ansioso contra ti conspira:/ Mira tu afán y tu impotencia, y luego/ Ese cadáver que venciste mira,/ Que murió con un himno en la garganta,/ Que entre tus brazos mutilado expira/Y en brazos de la gloria se levanta!/ No vacile tu mano vengadora;/ No te pare el que gime ni el que llora:/¡Mata, déspota, mata!/ ¡Para el que muere a tu furor impío,/El cielo se abre, el mundo se dilata! (Fragmento del poema “A mis Hermanos Muertos el 27 de Noviembre”, José Martí).
El Ejecutivo llora mientras el pueblo muere.
Para recuperar el prestigio que debe tener un ente como el Legislativo hace falta mucho, pero sería un gran paso avanzar en la reforma de la Ley Orgánica del Congreso. No basta con ganarle escaramuzas al presidente y su bancada. Si los desaciertos de la Presidencia de la República no alcanzan para despertar a la Plaza o a los padrinos de las revoluciones de colores, el Congreso siempre es un buen candidato.
Se acabó el tiempo comprado diputado Taracena: ¿Qué más tiene? Se les acabaron las virginales posturas, señores del partido oficial: ¿Qué más son capaces de hacer? El oficialismo debe tener cuidado, el despotismo sería la gota que derramaría el vaso. Que una gobernadora salga llorando de su propia bancada es un indicador de cómo la política llora sangre en Guatemala.
¡Déspota, mira aquí cómo tu ciego/ Anhelo ansioso contra ti conspira:/ Mira tu afán y tu impotencia, y luego/ Ese cadáver que venciste mira,/ Que murió con un himno en la garganta,/ Que entre tus brazos mutilado expira/Y en brazos de la gloria se levanta!/ No vacile tu mano vengadora;/ No te pare el que gime ni el que llora:/¡Mata, déspota, mata!/ ¡Para el que muere a tu furor impío,/El cielo se abre, el mundo se dilata! (Fragmento del poema “A mis Hermanos Muertos el 27 de Noviembre”, José Martí).
El Ejecutivo llora mientras el pueblo muere.
viernes, 18 de marzo de 2016
Salvar la vida
La columna de hoy: "Salvar la vida", mientras sigamos justificando la cultura de violencia que vivimos, la muerte nos alcanzará en algún momento.
http://www.s21.com.gt/itaca/2016/03/18/remozar-una-clase-politica-corrupta
http://www.narrativayensayoguatemaltecos.com/ensayos/ensayos-politicos/a-remozar-una-clase-politica-corrupta-danilo-santos/
Nuestra indolencia colectiva nos condena a la violencia; cada boca sin alimento, cada niño sin educación, cada mujer abusada, cada muerte cotidiana (responda a la estadística que responda), cada acción perversa contra otro guatemalteco, nos construye el futuro. No podemos esperar paz y concordia si todos los días sembramos injusticia e indiferencia.
Nuestro pensamiento y comportamiento convergente nos conduce como
sociedad a remozar una clase política corrupta, gobiernos
intrascendentes y un sector privado ultra conservador. Espabilar a todo
el espectro ideológico es impostergable. Si no intervenimos en la vida
política de nuestro país para construir paz y prosperidad, tendremos lo
que hasta ahora, violencia y latrocinio.
Los problemas que tenemos no se resolverán de manera total y única, con una sola orden o acción, eso solo pasa en las dictaduras; se necesita de multiplicidad de frentes para atacarlos, tiempo, inversión, consistencia: ¿A cuántos hay que matar para que la pena de muerte sea efectiva, en cuánto tiempo?
La pena de muerte nos la hemos aplicado desde el momento en que como sociedad toleramos que los niños trabajen en lugar de ir a la escuela. Nos condenamos a muerte los unos a los otros cuando resolvemos hasta la más simple de las desavenencias con violencia. La muerte la abonamos cuando somos racistas y carecemos de empatía con el grueso de mujeres y niños indígenas condenados a la desnutrición y la sobrevivencia. Muerte es lo que cosechamos cuando nuestro modelo de desarrollo se basa en mano de obra barata que esquilmamos hasta el límite mismo de lo humano.
Un verdadero estadista, José Mujica dijo: No vivo para cobrar cuentas o reverberar recuerdos, me angustia y de qué manera, el porvenir que no veré y por el que me comprometo. Sí, es posible un mundo con una humanidad mejor, pero tal vez hoy la primera tarea sea salvar la vida”. La vida de los nuestros la protegemos cuando como sociedad y Estado, velamos en principio por la vida digna de todos. La armonía y la paz social llegarán cuando erradiquemos la pobreza y la marginación, cuando cotidianamente inculquemos en todos los espacios de socialización el rechazo a la violencia.
Los problemas que tenemos no se resolverán de manera total y única, con una sola orden o acción, eso solo pasa en las dictaduras; se necesita de multiplicidad de frentes para atacarlos, tiempo, inversión, consistencia: ¿A cuántos hay que matar para que la pena de muerte sea efectiva, en cuánto tiempo?
La pena de muerte nos la hemos aplicado desde el momento en que como sociedad toleramos que los niños trabajen en lugar de ir a la escuela. Nos condenamos a muerte los unos a los otros cuando resolvemos hasta la más simple de las desavenencias con violencia. La muerte la abonamos cuando somos racistas y carecemos de empatía con el grueso de mujeres y niños indígenas condenados a la desnutrición y la sobrevivencia. Muerte es lo que cosechamos cuando nuestro modelo de desarrollo se basa en mano de obra barata que esquilmamos hasta el límite mismo de lo humano.
Un verdadero estadista, José Mujica dijo: No vivo para cobrar cuentas o reverberar recuerdos, me angustia y de qué manera, el porvenir que no veré y por el que me comprometo. Sí, es posible un mundo con una humanidad mejor, pero tal vez hoy la primera tarea sea salvar la vida”. La vida de los nuestros la protegemos cuando como sociedad y Estado, velamos en principio por la vida digna de todos. La armonía y la paz social llegarán cuando erradiquemos la pobreza y la marginación, cuando cotidianamente inculquemos en todos los espacios de socialización el rechazo a la violencia.
martes, 15 de marzo de 2016
Lo que calla la Plaza
Lo que calla la Plaza lo gritan las bocas sin pan
los que mueren olvidados,
en un hospital o un aula,
los que defienden la muerte de su muerte
sin saber que son víctimas dos veces:
de ellos mismos, y de los mismos.
Lo que calla la Plaza aparece en bolsas negras
tirado, sin dignidad,
se para en los semáforos
malvive de la tierra,
cría a cinco, seis y más.
Lo que calla la Plaza resuena como una burda,
necia y presuntuosa cacofonía
que se nutre de nuestra ruindad
y miseria colectiva.
viernes, 11 de marzo de 2016
Divergente
La columna de hoy: solucionar muerte con muerte es abonar a la
cultura de violencia que el mismo Estado ha generado en Guatemala,
además es una utilización perversa del dolor de las familias víctimas y
un aprovechamiento del hartazgo generalizado.
Divergente
Separarse del actual modo de resolver los problemas de la vida nacional es la única forma de encontrar “otras” soluciones a las que hemos venido aplicando de manera mecánica, dogmática y hasta mesiánica. Discrepar de lo que se dice y se hace por la clase política, no es criticar por criticar, es sano, es necesario, incluso debe volverse un ejercicio de autocrítica en tanto hemos sido los que “elegimos” a representantes y gobernantes; tenemos derecho a criticarles, tenemos la obligación de autocriticarnos.
Discordar del grupo no aceptando dogmas, sinrazones o ligerezas, es un “divino descontento” que deberíamos practicar más a menudo con la claridad de que se buscan alternativas diferentes a la vicisitudes que nos aquejan en nuestro entorno o en el país (violencia, imposición, falta de servicios públicos, abuso, corrupción, racismo, exclusión, pobreza, etc.)
¿En los últimos años, décadas, cuántas ideas que escapan de los lineamientos del pensamiento habitual nos ha presentado la clase política; cuántas hemos elaborado como sociedad?
Vivimos en una realidad definida por la falta de información (a pesar de la saturación de los “Mass Media” y las “redes” sociales), bloqueos mentales y la aceptación automática de lo obvio. La culpa de lo que vivimos la tienen otros, no nosotros. Materialmente son muchos los grupos responsables de los dramas que vive la sociedad guatemalteca, pero no podemos olvidar que la tolerancia que hemos tenido al sojuzgamiento, a los gorilas que aunque ahora se vistan de seda gorilas son; el odio y el desprecio por la vida que hemos dejado anidar en nuestra cultura y en nuestro modo de resolver las cosas, mucho tiene que ver con lo que padecemos.
Divergente
Separarse del actual modo de resolver los problemas de la vida nacional es la única forma de encontrar “otras” soluciones a las que hemos venido aplicando de manera mecánica, dogmática y hasta mesiánica. Discrepar de lo que se dice y se hace por la clase política, no es criticar por criticar, es sano, es necesario, incluso debe volverse un ejercicio de autocrítica en tanto hemos sido los que “elegimos” a representantes y gobernantes; tenemos derecho a criticarles, tenemos la obligación de autocriticarnos.
Discordar del grupo no aceptando dogmas, sinrazones o ligerezas, es un “divino descontento” que deberíamos practicar más a menudo con la claridad de que se buscan alternativas diferentes a la vicisitudes que nos aquejan en nuestro entorno o en el país (violencia, imposición, falta de servicios públicos, abuso, corrupción, racismo, exclusión, pobreza, etc.)
¿En los últimos años, décadas, cuántas ideas que escapan de los lineamientos del pensamiento habitual nos ha presentado la clase política; cuántas hemos elaborado como sociedad?
Vivimos en una realidad definida por la falta de información (a pesar de la saturación de los “Mass Media” y las “redes” sociales), bloqueos mentales y la aceptación automática de lo obvio. La culpa de lo que vivimos la tienen otros, no nosotros. Materialmente son muchos los grupos responsables de los dramas que vive la sociedad guatemalteca, pero no podemos olvidar que la tolerancia que hemos tenido al sojuzgamiento, a los gorilas que aunque ahora se vistan de seda gorilas son; el odio y el desprecio por la vida que hemos dejado anidar en nuestra cultura y en nuestro modo de resolver las cosas, mucho tiene que ver con lo que padecemos.
Responder a la muerte con muerte, asumir dogmas como causa de nuestras
desgracias, solucionar con limosnas lo que se debería solucionar
multiplicando “panes y peces”, es más de lo mismo. Si no enfocamos
nuestros problemas de país desde nuevos ángulos, seguiremos aplicando
las mismas soluciones y teniendo los mismos resultados.
Me niego a sucumbir al miedo, el borreguismo y la tentación del belicismo. Todos deberíamos ser divergentes y encontrar una ruta distinta para construir una “Nueva Guatemala”.
Me niego a sucumbir al miedo, el borreguismo y la tentación del belicismo. Todos deberíamos ser divergentes y encontrar una ruta distinta para construir una “Nueva Guatemala”.
viernes, 4 de marzo de 2016
"Hombre pequeñito"
La columna de hoy: Hombres pequeñitos contra las mujeres de Guatemala.
http://www.s21.com.gt/itaca/2016/03/04/uhombre-pequenito
"Hombre pequeñito"
Janet Saltzman nos habla sobre algunos rasgos comunes de culturas
patriarcales: 1) una ideología y su expresión en el lenguaje que
explícitamente devalúa a las mujeres dándoles a ellas, a sus roles, sus
labores, sus productos y su entorno social, menos prestigio y/o poder
que el que se le da a los de los hombres; 2) significados negativos
atribuidos a las mujeres y sus actividades a través de hechos simbólicos
o mitos (que no siempre se expresan de forma explícita); y 3)
estructuras que excluyen a las mujeres de la participación en, o el
contacto con los espacios de los más altos poderes, o donde se cree que
están los espacios de mayor poder tanto en lo económico y lo político
como en lo cultural.
Es increíble que sea lo referido a las mujeres lo que ha frenado la aprobación de las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Las expresiones de los diputados que no aceptan la paridad, por ejemplo, dan cuenta de una ideología dominante de carácter patriarcal y excluyente, que desvaloriza a la mujer asignándole roles arcaicos y propios de civilizaciones subdesarrolladas, dominadas por trogloditas. El mundo no es el mismo señoras y señores diputados, las mujeres no son subordinadas de género ni tienen roles naturales o divinos preestablecidos.
Es hora de cambiar las estructuras que excluyen a las mujeres de la participación en espacios de toma de decisiones, el Congreso en primer lugar, nuestro sistema de creencias, y la manera en que entendemos y valoramos el mundo, debe cambiar. La exclusión de las mujeres es el principio de la violencia contra ellas. Basta de justificar un tratamiento de segunda categoría a nuestros iguales, los resultados del status quo son claros: hay que cambiarlo.
“Hombre pequeñito, hombre pequeñito/suelta a tu canario que quiere volar.../Yo soy el canario, hombre pequeñito /déjame saltar. /Estuve en tu jaula, hombre pequeñito, /hombre pequeñito que jaula me das. /Digo pequeñito porque no me entiendes, /ni me entenderás. /Tampoco te entiendo, pero mientras tanto /ábreme la jaula que quiero escapar; /hombre pequeñito, te amé media hora, /no me pidas más”. (Alfonsina Storni)
Es increíble que sea lo referido a las mujeres lo que ha frenado la aprobación de las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Las expresiones de los diputados que no aceptan la paridad, por ejemplo, dan cuenta de una ideología dominante de carácter patriarcal y excluyente, que desvaloriza a la mujer asignándole roles arcaicos y propios de civilizaciones subdesarrolladas, dominadas por trogloditas. El mundo no es el mismo señoras y señores diputados, las mujeres no son subordinadas de género ni tienen roles naturales o divinos preestablecidos.
Es hora de cambiar las estructuras que excluyen a las mujeres de la participación en espacios de toma de decisiones, el Congreso en primer lugar, nuestro sistema de creencias, y la manera en que entendemos y valoramos el mundo, debe cambiar. La exclusión de las mujeres es el principio de la violencia contra ellas. Basta de justificar un tratamiento de segunda categoría a nuestros iguales, los resultados del status quo son claros: hay que cambiarlo.
“Hombre pequeñito, hombre pequeñito/suelta a tu canario que quiere volar.../Yo soy el canario, hombre pequeñito /déjame saltar. /Estuve en tu jaula, hombre pequeñito, /hombre pequeñito que jaula me das. /Digo pequeñito porque no me entiendes, /ni me entenderás. /Tampoco te entiendo, pero mientras tanto /ábreme la jaula que quiero escapar; /hombre pequeñito, te amé media hora, /no me pidas más”. (Alfonsina Storni)
lunes, 29 de febrero de 2016
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