En tanta carrera y quijotada contra el Sistema, a uno se le olvida de dónde le nace la rabia y las ganas de cambiarlo todo. Pero cuando sucede que el ser más sencillo y dulce sobre la tierra cariñosamente te hace detenerte y te mete las manos en el alma, puff, que rico, la ternura se riega por todititos lados dentro de uno y se puede sentir paz.
Gracias Mamá.
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