lunes, 8 de agosto de 2016

"Impuestos"

Dame lo que falta, todo, no me basta tu estómago vacío; también quiero vacía tu voluntad y la vida en tu mirada, la sonrisa de tus hijos. Dámelo todo, lo necesito para seguir siendo yo: el más despreciable de tus hermanos. 

NO MÁS IMPUESTOS MIENTRAS NO ADMINISTREN BIEN Y NO COBREN A LOS QUE MÁS LUCRAN Y EVADEN.

La irrupción de un hombre sencillo en la justicia

http://www.s21.gt/2016/08/la-irrupcion-hombre-sencillo-en-la-justicia/


En Guatemala solo se habla de la violencia y del caso Cooptación del Estado, al menos mayoritariamente. Por eso, hoy decidimos referirnos al segundo de estos temas.
La justicia en Guatemala tiene mala fama; el común de los guatemaltecos le teme por injusta, especialmente los que no son “nadie” o no tienen los recursos financieros necesarios para sostener procesos largos y llenos de “mordidas”, sobornos y, por supuesto, los emolumentos de un abogado. Quienes imparten justicia en la Guatemala profunda se ven coartados por caciques o los violentos del lugar; se les hace difícil cumplir con su trabajo donde las instituciones del Estado son vistas con desdén y la gente no está acostumbrada a “someterse” a nada ni a nadie, menos a la ley.
El sistema de Justicia, entonces, desde los niveles más básicos, empieza sin el suficiente apoyo para quien es el encargado de hacerlo funcionar bien, y sucede muchas veces que los juzgadores se acomodan, por temor o simple conveniencia. A otros niveles, se exacerba todo, los peligros o el compadrazgo: en resumen, la justicia da miedo a los descalzos.
Sin embargo, hay guatemaltecos, juristas, jueces, como Miguel Ángel Gálvez, que hacen florecer la esperanza en el sistema. Hasta hace muy poco, el juez Gálvez había hecho carrera de manera discreta, en el interior del país y ahora en el epicentro del tsunami político desatado por Thelma Aldana al frente del Ministerio Público e Iván Velásquez, comisionado internacional contra la impunidad en Guatemala, se ha convertido en el parteaguas de un Estado con leyes chimuelas y el futuro de leyes con dientes y procesos apegados a derecho. A Gálvez le tocó conocer casos de alto impacto en los últimos dos años, los cuales han gozado de una hiperatención mediática y de redes sociales, lo que ha hecho de imputados y juzgador el centro de atención de reflectores nacionales e internacionales.
La histórica injerencia del poder en la justicia, a favor de abusadores y en contra de los demás, es una realidad innegable en nuestro país. La joven democracia guatemalteca y el lastre de costumbres dictatoriales y la herencia conservadora y excluyente poscoloniales, han frenado el fortalecimiento del sector Justicia y han hecho que confiemos poco y temamos mucho ponernos en manos de fiscales y jueces.
Sin embargo, de manera sencilla, un juez irrumpe en esa realidad. Insumiso, valiente, contador de historias, maestro, domador del tiempo y ejemplo, Miguel Ángel Gálvez, hombre de apariencia sencilla, de hablar aparentemente desordenado, con muletillas que torturan, y un carisma poco ortodoxo que cautiva, se ha convertido en el nuevo superhéroe de los guatemaltecos; lo dibujan los niños en las escuelas públicas más humildes y sencillas, y la activa clase media en redes sociales lo inmortaliza con memes plagados de la inventiva y jocosidad guatemalteca. Con él no hace falta ser abogado o estudiante de derecho; lo que Gálvez explica es completamente digerible para el público que siga pacientemente sus magistrales y maratónicas disertaciones.
Ha dicho “Una persona no puede llegar a construir un imperio estando detenida sin que haya un apoyo de todo un aparato”, refiriéndose a Byron Lima. Hace falta estar cimbrado en la honradez y el profesionalismo para no hacer caso del terror que nos ha amansado las ganas de reclamar lo justo, de no hacer caso al miedo sino a la justicia. En su momento también resolvió enviar a juicio por genocidio y crímenes de lesa humanidad al general Efraín Ríos Montt.
Ha recibido intimidaciones, causa escozor en grupos del sector privado y el odio de los que se empecinan en frenar el progreso del país, fundamentalmente aquel que a través de las instituciones del Estado puede ayudar a que los guatemaltecos gocen de una vida digna; sin embargo, también ha sabido ganarse y mantener en incremento la simpatía de un buen porcentaje de la población. Nos hace guardar esperanzas en el Sistema de Justicia guatemalteco, él mismo ha expresado que “El derecho tiene que ser parejo. El principio de legalidad constitucional es el sometimiento de la ley al funcionario público”. Fiel a lo que dice y promueve, ha llevado casos como el del asesinato de los diputados del Parlamento Centroamericano y su piloto, el caso Rosenberg, el de Eduardo Villatoro Cano por la muerte de policías en Salcajá, el de Byron Lima, y ahora como juez procurador en los emblemáticos casos de Otto Pérez y Roxana Baldetti (La Línea, TCQ, Cooptación del Estado).
Miguel Ángel Gálvez está dando el ejemplo; no se excusa ni arguye problemas de salud para no conocer casos, no busca protagonismo ni golpes mediáticos, no se apresura con nada ni con nadie, no se queja por las condiciones en las que trabaja, no echa la culpa a los demás: asume su responsabilidad y nos demuestra a los guatemaltecos que sí es posible construir un país distinto. Los jefes de los tres organismos del Estado deberían seguir su ejemplo y así quizá puedan recuperar de forma decente el protagonismo que este humilde servidor público les ha arrebatado por completo.
No ha obedecido y no se ha sometido a la injusticia, al miedo y los poderes fácticos, por eso, aunque suene a paradoja en el ámbito legal, el juez Gálvez es un insumiso.
Con una paciencia casi pastosa escuchó a todos los abogados defensores en el caso Cooptación del Estado, prácticamente veintitrés días: hubo quienes le gritaron, intentaron darle cátedra o imponerse a golpe de vociferaciones leguleyas; el juez escuchó y escuchó y escuchó. Luego, cándidamente, dijo “Las declaraciones de Monzón no serán tomadas en cuenta”. Con solo una frase desarmó la defensa que TODOS habían hecho, porque con tapaojos los abogados centraron sus ataques en Juan Carlos Monzón, ex secretario privado de Roxana Baldetti, y lo tacharon de mentiroso, no idóneo, etcétera, en vez de procurar pruebas, documentos, testigos, o quizá hasta confesiones que lograran que sus defendidos fueran desligados de los procesos legales demostrando su inocencia. Gálvez les espetó “por supuesto que no es idóneo (Monzón), es pícaro…” y acto seguido contó una anécdota mientras todos quedaban boquiabiertos y con su defensa hecha trizas. Se fijó en cantidades, en pruebas, en todo lo demás que el Ministerio Público y la CICIG le hubiesen presentado y no proviniera de otro pícaro ordenado y detallista, en lo obvio y que no miente: números, dineros vueltos cifras, ingresos y egresos, aquello que nunca dijeron no era cierto, sino que optaron por ignorar.
El apalancamiento ocurrió en cheques, facturas, documentos y el análisis de adquisiciones fuera de toda lógica con base en los ingresos de los acusados. No hubo abogado que lograra desechar lo obvio. Luego de casi cuatro días, Gálvez hilvanó, despacio y de manera sencilla, las dudas o sospechas que toda la evidencia presentada le hacía creer, para coronar con 53 ligados a proceso de los 57 acusados. Un dato histórico, un logro histórico en Guatemala, un momento y un juez también históricos.
Falta mucho en este caso y en los que vengan, según se avizora, pero si los demás jueces asumen el momento histórico como el juez Gálvez lo ha hecho, Guatemala tiene futuro.
El juez Gálvez dijo en una ocasión: “Antes de caer en alguna injusticia mejor me retiro”. Esta aseveración debería ser asumida no solo por los servidores públicos en el sector Justicia, sino por todos, en todos los organismos del Estado.

lunes, 25 de julio de 2016

El gobierno está a tiempo de corregir el rumbo

http://www.s21.gt/2016/07/gobierno-esta-a-tiempo-corregir-rumbo/

El marketing político se ha vuelto de tal importancia que da herramientas suficientes a los estrategas de campaña para manipular decisiones de la masa y así lograr la elección de alguien aunque no tenga la capacidad para gobernar. Y alguien sin las cualidades de liderazgo para dirigir un país, seguramente no llevará su administración a buen término: la única posibilidad que tiene de sacar adelante la administración pública y todas sus vicisitudes, es rodearse de quienes puedan llenar sus vacíos y escucharlos.

Por otro lado, cuando un político se inclina a pensar en necesidades específicas y en cómo se les puede satisfacer a través de acciones simples, y abandona políticas y programas, el resultado es la ambigüedad. En la actualidad los integrantes de nuestra clase política en el poder no dudan en utilizar trucos semánticos y procedimentales para lograr mantener niveles aceptables de gobernabilidad y así tener la posibilidad de alcanzar las metas que se han trazado.  Sin embargo, la ambigüedad a la hora de manejar resultados y las soluciones facilistas, son el caldo de cultivo del conflicto.  Las crisis, regularmente, surgen de temas mal manejados.

Cuando una curva lleva una tendencia al alza o a la baja, se puede prever qué ocurrirá, de tal forma que cuando se observa que están sucediendo determinados hechos en una dirección, es posible prever con alguna anticipación los resultados que arrojará una tendencia.  Saber anticipar es un requerimiento básico para gobernar.

Zemelman define la historia como sucesión de coyunturas, y las coyunturas vividas durante estos primeros meses de gobierno no han sido anticipadas ni se han desarrollado acciones concretas y contundentes como base del plan de gobierno, solo se ha caído en una actitud reactiva.  Se sigue escribiendo la historia de los gobiernos guatemaltecos como apagafuegos.

Dicho lo anterior, pasemos a lo que nos ocupa, el gobierno del presidente Jimmy Morales.  La administración pública no se trata de buenas voluntades sino de planificación, ejecución y resultados.  Optar a un cargo de elección debería suponer capacidades y conocimiento de lo que se enfrentará.  Propuestas, liderazgo y capacidad de encontrar soluciones son parte de los activos que un político debe poseer para intentar servir desde el gobierno a la población.

Superar la coyuntura

El actual ciudadano presidente de la República de Guatemala, luego de casi siete meses de gobierno, ha sido rebasado por las circunstancias.  Guatemala no es fácil de gobernar, pero tampoco es imposible hacerlo. Las exigencias tan prontas y tan duras al mandatario, han sido generadas por su propio estilo de gobernar y comparecer ante los medios de comunicación y la población.  No ha sabido separar lo que significa administrar, gobernar y comunicar.

Tratar a la gente como niños de primaria, con cuentos, fábulas, chistes, etcétera, no llena el vacío que el Estado y los gobiernos han dejado a lo largo de la historia, especialmente desde la nueva Constitución Política de la República del año 1985 a la fecha. Los discursos del K´atun 2032 a modo de Plan de Gobierno y el de “yo pacto con el pueblo”, además del de “ni corrupto ni ladrón”, han muerto.  La bancada oficial dio cuenta de ello, junto con el precario desempeño del gabinete de gobierno, amén de honradas excepciones que han sido salvavidas tirados desde el Ministerio Público para ocupar puestos clave pero totalmente desacreditados, el Ministerio de Gobernación y la Superintendencia de Administración Tributaria, por ejemplo.

En vía contraria, el presidente Morales ha tenido que prescindir de varios ministros, viceministros, secretarios y directores en poco más de 180 días de gobierno, lo cual denota que no reunió a gente de confianza con antelación, y tampoco pudo elaborar una estrategia clara para poner en práctica en el momento mismo que accedió al poder.

Párrafo aparte merece la actuación personalista y sorda del presidente, pareciera que no se deja asesorar o hace caso omiso en todos los frentes, siendo el de Comunicación Social el caso más grave.  Su histrionismo llena el enorme vacío del estadista que pretende interpretar…
La situación del Sistema Público de Salud, la contraorden al ministro de Ambiente y Recursos Naturales frenando el buen trabajo que había iniciado, el claro colapso del Sistema Penitenciario, los parches, los remiendos, las donaciones y por último, la pérdida de liderazgo en el partido oficial, principalmente con los diputados de su bancada, son una muestra de lo grande que ha resultado ser el “papel” de presidente.

Somos un país que no cuenta con los recursos necesarios en el gobierno, humanos y financieros, con grandes problemas de recaudación, una cultura de evasión y rompimiento con la ley, donde la violencia, el abuso y la prepotencia socaban los valores de la sociedad; un lugar donde los forajidos suelen gozar de la simpatía y alcahuetería del vulgo, en resumen, difícil de gobernar, sí, eso lo sabemos todos, pero no es excusa para dejar de tener resultados, o por lo menos dejar claro que se tiene un norte y se va tras él.

Definir el mapa

Explicar clara y contundentemente la Política de Desarrollo Económico y Social sería muy útil en el ámbito macroeconómico, esto podría aclarar si la preocupación del gobierno es la elevación del nivel de bienestar de la población o cuál es su horizonte.  Después de medio año, la población guatemalteca en general, analistas, editorialistas, columnistas, etcétera, no sabemos a ciencia cierta cuáles son las políticas agraria, vivienda e infraestructura, salud, educativa, seguridad alimentaria, medioambiental, entre otras, pero sí hemos asistido a entrega de donaciones, escritorios, sillas de ruedas; acciones positivas todas, pero aisladas y débiles.

Decisiones objetivas y racionales que definan los problemas que son objeto de las medidas del gobierno, reconocer las peticiones “pertinentes” y que pueden apuntalar las decisiones que se toman, tener claro las diferentes opciones políticas que se presentan, definir categóricamente los recursos necesarios para operativizar cada alternativa y calcular sus costos y beneficios, tomar decisiones sobre la base de información objetiva, son todos elementos útiles para dirigir el gobierno.  Difícil de abordar como proceso, sí, y lo es más cuando quien hace gobierno pondera más el cortoplacismo, y sus limitaciones técnicas impiden la toma de decisiones objetivas y racionales, creando un medio propicio para la improvisación, la mediocridad y la corrupción, con el agregado de hacer lo que tradicionalmente el partido oficial ha hecho al llegar al poder: usar el clientelismo como método de gobierno, distribuyendo favores a correligionarios y aliados.

Un verdadero líder y estadista es capaz de conducir a la sociedad a través de su visión de Estado.  Capacidad de idear, definir y desarrollar un plan de gobierno que genere beneficios a la población, y no solo suplir las deficiencias pasadas sino construir progreso, es imperativo para quien ocupe la Presidencia de la República.

Reorientar el rumbo

De seguir como hasta ahora, sumando desaciertos y sin políticas contundentes, se irán acumulando insatisfacciones y la presión social organizada crecerá, al igual que la crítica de la opinión pública y publicada.  Resta suficiente tiempo para recomponer el rumbo, pero se necesitará de sensatez y humildad por parte del presidente Morales.
El listón que dejó el anterior gobierno está muy bajo, el apoyo de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala y el Ministerio Público son valiosos en demasía, así como el apoyo de la Comunidad Internacional y particularmente de la embajada de los Estados Unidos. Bastaría con alinear dos o tres acciones que estén a la altura de las circunstancias y el momento histórico para que el nombre de Jimmy Morales se inscriba en la historia como el presidente que inició el camino hacia otra Guatemala.
“Tratar a la gente como niños de primaria, con cuentos, fábulas, chistes, etcétera, no llena el vacío que el Estado y los gobiernos han dejado”.
“El presidente no ha sabido separar lo que significa administrar, gobernar y comunicar”.

viernes, 22 de julio de 2016

Indefensión

http://www.s21.gt/2016/07/indefension/

De fragilidad y vulnerabilidad es la sensación que nos queda al común de los guatemaltecos como certeza ante lo sucedido en la Granja Penal Pavón, y eso da miedo, aterroriza.
Es fácil creer que los hechos se debieron a una lucha de poder y control de los negocios que se manejan desde esa cárcel. Esto dejaría en ridículo al Sistema Penitenciario y daría crédito a las dramáticas historias sobre los abusos, violencia, pagos por ubicación física, etcétera, dejando claro que han entregado el control de los centros de reclusión a los más peligrosos y violentos de nuestra sociedad.
Aceptar la versión de que el gobierno utilizaría la muerte de Lima para sus fines nos pondría nuevamente frente a delincuentes gobernando. El profesionalismo y compromiso con la ley de la Comisión contra la Impunidad en Guatemala y el Ministerio Público hacen que esto parezca improbable.
Apuntar hacia los implicados en los diferentes casos que tomaron el gobierno como botín, asumiendo que establecieron para sus fines estructuras y redes propias de mafias criminales, de las cuales solo están siendo procesados los cabecillas, deja a la interpretación cuál era la profundidad y alcance de las mismas, el poder que tenían y los intereses con que están comprometidos. Por lo tanto, mandar un mensaje del poder que dicha mafia ostenta es algo verosímil.
Por último, el Estado ha sido cooptado desde siempre por grupos ultraconservadores que han utilizado al ejército para ejercer el control del país y su economía. Esto evolucionó a conducción política de espacios y territorios; de gendarmes pasaron a competidores por el poder. Estos grupos aprendieron a tolerarse y negociar intereses en pos de cerrar filas para no perder el control de la vida y hacienda de los guatemaltecos. Hoy son aliados tácticos y están de acuerdo en no entregar el país en un falso sentido patriótico.
Más allá de las hipótesis, lo grave son las condiciones que permiten este tipo de hechos; no importa cuál sea el móvil y los autores intelectuales, lo sucedido nos dice que los guatemaltecos vivimos en una total indefensión frente a quienes quieran resolver con violencia sus disputas criminales, vendettas o el control del país.

miércoles, 20 de julio de 2016

Una vuelta al sol

Rompiendo lanzas con cangrejos
masticando aullidos
razonando con pretorianos
observando al prójimo con catalejos
presenciando crimen y castigo...
obedeciendo a las marciales agujas
viajando en el eterno rotar de esta brizna
loco, rebelde y altivo:
así resumo a veces una vuelta al sol
y todo lo que vivo...

lunes, 18 de julio de 2016

Vida, te debemos la paz...

La muerte de los demás
se cierne sobre nuestras cabezas
diaria y vergonzosamente,
atrincherados en cegueras, números y polvorines
el miedo condena nuestras vidas
a ser esclavos de los legos, sus torpezas
y los que marchan alegremente
frente a educados arlequines.

Vida, te debemos la paz...

Tu impúdica ambición

Cuando tus ojos desorbitados y la trompa babeando
reflejaban tu impúdica ambición,
despertaste mi más sincera grima.
En tu sangre adelgazada,
cuarteada con mal gusto y ostentación...
se sedimenta el albañal de tus ideas.
La dignidad estará de pie cuando el plomo de tus monedas te haya envenenado mortalmente.

Huyendo a la loma

Cada vez que me atrapa la ciudad
huyo hacia la loma y el barranco
al bullicio de pericas y chocoyos
al arrullo de los búhos:
rebasado el interminable río de caucho...
metal y despojos humanos,
completo la huida.

miércoles, 6 de julio de 2016

Pájaro distinto

Un pájaro canta distinto en el bosque
hay que derribarlo
cortarle las alas
callarlo
para que no confunda a las parvadas.

Pájaro que canta distinto merece ser picoteado
echado lejos de los árboles
no tener rama ni nido
volar solo de prado en prado
imitar a otros cantores
hasta que lo mate el hastío.

Pájaro que cantas distinto
lleva tus semillas
planta tu bosque
los cantos monótonos y aburridos se apagarán mientras el horizonte arde
frente a tu casa.

El hambre y la espera



Hacer esperar es el veneno que aplican los dueños del destino a los que no tienen antídoto contra el hambre.

Alfil negro II

http://www.narrativayensayoguatemaltecos.com/otros-textos/alfil-negro-ii-danilo-santos/

Alfil negro II

Danilo Santos
 
El que antes era alfil ahora es peón igual que sus “caballos” y demás piezas de colección… El saltimbanqui que entretenía burdamente las partidas se ha estrenado como alfil y para no extrañar gags, maromas y personajes, se quedó del lado de las piezas negras marchando alegremente el treinta de junio. En derredor otros asumen el circo y los nuevos jugadores intentan ser serios sin lograrlo; hacen un movimiento con autoridad, garbo y apretando la comisura de los labios en señal de desprecio: luego reculan con el ceño fruncido desperdiciando su turno y volviendo a hacer las micadas de siempre en el trapecio.

Mientras unos se estrenan y otros se van, estos estrategas encumbrados se juegan todo lo que apostamos en las esquinas; pisto, muertos y lo que nos quede entre el corazón y bambalinas. Para disimular las apuestas que importan, tiramos la taba en calles polvorientas, los naipes en los velorios (que son muchos), y en el puerto las fichas de dominó. Compramos bolido o charada: a ver si nos cambia la suerte.

En la avenida reforma apuestan por el “negrito lindo” aunque a veces se arrepientan. Entre sueños marciales, añoranzas stanislavskianas y la calamidad pública, el nuevo alfil decepciona como el conejo Blas: yendo dos pasos pa´lante y dos pa´trás. La tragicomedia chapina sigue a ritmo de juego, llanto y risas perversas; importan los nombres en los puestos y un turno a la vez: chovinismo y malinchismo.

Los del otro lado del tablero siguen en sus veinte, refritando jugadas y camisas blancas. Antes era la Unión Soviética, ahora Venezuela. Antes era apología de los gringos y adoración de los kaibiles: ahora también. Antes era el comunismo y la izquierda, ahora es cualquier disidencia inteligente a la horrenda realidad que han hecho vivir a “esa gente” bruta, resentida y huevona que no hace otra cosa que merecer su desgracia.

Los que aúpan a Thelma Aldana e Iván Velásquez no son otra cosa que guerrilleros, vagos, hippies y peludos. Revolucionarios de cafetería que no saben lo que es “defender a la patria” de ideas extranjeras; las que fueran, en el siglo que sea y vengan de donde vengan: justicia, derechos económicos y sociales, Estado de bienestar, fraternidad, igualdad y todas esas ideas que solo persisten en la cabeza de comunistoides… Viva Trump, el Brexit y Rajoy.

De alfil negro en alfil negro llevamos treinta y un años de partidas perdidas: o cambiamos de juego o cambiamos las reglas.

Antes era apología de los gringos y adoración de los kaibiles: ahora también. Antes era el comunismo y la izquierda, ahora es cualquier disidencia inteligente a la horrenda realidad que han hecho vivir a “esa gente” bruta, resentida y huevona que no hace otra cosa que merecer su desgracia.

Danilo Santos Salazar

Danilo Santos Salazar

Politólogo y pensador a contrapelo de la realidad nacional e internacional. Veinticuatro años de trabajo al lado de causas que buscan la transformación de las iniquidades en Guatemala.

Este trópico y su gente enamorada...

      Este trópico está lleno de gente enamorada desmemoriada un día subimos a las nubes sobre el mar y al día siguiente nos hacemos...