viernes, 18 de marzo de 2016

Salvar la vida



La columna de hoy: "Salvar la vida", mientras sigamos justificando la cultura de violencia que vivimos, la muerte nos alcanzará en algún momento.

http://www.s21.com.gt/itaca/2016/03/18/remozar-una-clase-politica-corrupta

http://www.narrativayensayoguatemaltecos.com/ensayos/ensayos-politicos/a-remozar-una-clase-politica-corrupta-danilo-santos/

Nuestra indolencia colectiva nos condena a la violencia; cada boca sin alimento, cada niño sin educación, cada mujer abusada, cada muerte cotidiana (responda a la estadística que responda), cada acción perversa contra otro guatemalteco, nos construye el futuro. No podemos esperar paz y concordia si todos los días sembramos injusticia e indiferencia.
Nuestro pensamiento y comportamiento convergente nos conduce como sociedad a remozar una clase política corrupta, gobiernos intrascendentes y un sector privado ultra conservador. Espabilar a todo el espectro ideológico es impostergable. Si no intervenimos en la vida política de nuestro país para construir paz y prosperidad, tendremos lo que hasta ahora, violencia y latrocinio.
Los problemas que tenemos no se resolverán de manera total y única, con una sola orden o acción, eso solo pasa en las dictaduras; se necesita de multiplicidad de frentes para atacarlos, tiempo, inversión, consistencia: ¿A cuántos hay que matar para que la pena de muerte sea efectiva, en cuánto tiempo?
La pena de muerte nos la hemos aplicado desde el momento en que como sociedad toleramos que los niños trabajen en lugar de ir a la escuela. Nos condenamos a muerte los unos a los otros cuando resolvemos hasta la más simple de las desavenencias con violencia. La muerte la abonamos cuando somos racistas y carecemos de empatía con el grueso de mujeres y niños indígenas condenados a la desnutrición y la sobrevivencia. Muerte es lo que cosechamos cuando nuestro modelo de desarrollo se basa en mano de obra barata que esquilmamos hasta el límite mismo de lo humano.
Un verdadero estadista, José Mujica dijo: No vivo para cobrar cuentas o reverberar recuerdos, me angustia y de qué manera, el porvenir que no veré y por el que me comprometo. Sí, es posible un mundo con una humanidad mejor, pero tal vez hoy la primera tarea sea salvar la vida”. La vida de los nuestros la protegemos cuando como sociedad y Estado, velamos en principio por la vida digna de todos. La armonía y la paz social llegarán cuando erradiquemos la pobreza y la marginación, cuando cotidianamente inculquemos en todos los espacios de socialización el rechazo a la violencia.

martes, 15 de marzo de 2016

Lo que calla la Plaza






Lo que calla la Plaza lo gritan las bocas sin pan
los que mueren olvidados,
en un hospital o un aula,
los que defienden la muerte de su muerte
sin saber que son víctimas dos veces:
de ellos mismos, y de los mismos.
Lo que calla la Plaza aparece en bolsas negras
tirado, sin dignidad,
se para en los semáforos
malvive de la tierra,
cría a cinco, seis y más.
Lo que calla la Plaza resuena como una burda,
necia y presuntuosa cacofonía
que se nutre de nuestra ruindad
y miseria colectiva.

viernes, 11 de marzo de 2016

Divergente

La columna de hoy: solucionar muerte con muerte es abonar a la cultura de violencia que el mismo Estado ha generado en Guatemala, además es una utilización perversa del dolor de las familias víctimas y un aprovechamiento del hartazgo generalizado.



Divergente

Separarse del actual modo de resolver los problemas de la vida nacional es la única forma de encontrar “otras” soluciones a las que hemos venido aplicando de manera mecánica, dogmática y hasta mesiánica. Discrepar de lo que se dice y se hace por la clase política, no es criticar por criticar, es sano, es necesario, incluso debe volverse un ejercicio de autocrítica en tanto hemos sido los que “elegimos” a representantes y gobernantes; tenemos derecho a criticarles, tenemos la obligación de autocriticarnos.
Discordar del grupo no aceptando dogmas, sinrazones o ligerezas, es un “divino descontento” que deberíamos practicar más a menudo con la claridad de que se buscan alternativas diferentes a la vicisitudes que nos aquejan en nuestro entorno o en el país (violencia, imposición, falta de servicios públicos, abuso, corrupción, racismo, exclusión, pobreza, etc.)
¿En los últimos años, décadas, cuántas ideas que escapan de los lineamientos del pensamiento habitual nos ha presentado la clase política; cuántas hemos elaborado como sociedad?
Vivimos en una realidad definida por la falta de información (a pesar de la saturación de los “Mass Media” y las “redes” sociales), bloqueos mentales y la aceptación automática de lo obvio. La culpa de lo que vivimos la tienen otros, no nosotros. Materialmente son muchos los grupos responsables de los dramas que vive la sociedad guatemalteca, pero no podemos olvidar que la tolerancia que hemos tenido al sojuzgamiento, a los gorilas que aunque ahora se vistan de seda gorilas son; el odio y el desprecio por la vida que hemos dejado anidar en nuestra cultura y en nuestro modo de resolver las cosas, mucho tiene que ver con lo que padecemos.

Responder a la muerte con muerte, asumir dogmas como causa de nuestras desgracias, solucionar con limosnas lo que se debería solucionar multiplicando “panes y peces”, es más de lo mismo. Si no enfocamos nuestros problemas de país desde nuevos ángulos, seguiremos aplicando las mismas soluciones y teniendo los mismos resultados.
Me niego a sucumbir al miedo, el borreguismo y la tentación del belicismo. Todos deberíamos ser divergentes y encontrar una ruta distinta para construir una “Nueva Guatemala”.

viernes, 4 de marzo de 2016

"Hombre pequeñito"



La columna de hoy: Hombres pequeñitos contra las mujeres de Guatemala.
http://www.s21.com.gt/itaca/2016/03/04/uhombre-pequenito

"Hombre pequeñito"
Janet Saltzman nos habla sobre algunos rasgos comunes de culturas patriarcales: 1) una ideología y su expresión en el lenguaje que explícitamente devalúa a las mujeres dándoles a ellas, a sus roles, sus labores, sus productos y su entorno social, menos prestigio y/o poder que el que se le da a los de los hombres; 2) significados negativos atribuidos a las mujeres y sus actividades a través de hechos simbólicos o mitos (que no siempre se expresan de forma explícita); y 3) estructuras que excluyen a las mujeres de la participación en, o el contacto con los espacios de los más altos poderes, o donde se cree que están los espacios de mayor poder tanto en lo económico y lo político como en lo cultural.
Es increíble que sea lo referido a las mujeres lo que ha frenado la aprobación de las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Las expresiones de los diputados que no aceptan la paridad, por ejemplo, dan cuenta de una ideología dominante de carácter patriarcal y excluyente, que desvaloriza a la mujer asignándole roles arcaicos y propios de civilizaciones subdesarrolladas, dominadas por trogloditas. El mundo no es el mismo señoras y señores diputados, las mujeres no son subordinadas de género ni tienen roles naturales o divinos preestablecidos.
Es hora de cambiar las estructuras que excluyen a las mujeres de la participación en espacios de toma de decisiones, el Congreso en primer lugar, nuestro sistema de creencias, y la manera en que entendemos y valoramos el mundo, debe cambiar. La exclusión de las mujeres es el principio de la violencia contra ellas. Basta de justificar un tratamiento de segunda categoría a nuestros iguales, los resultados del status quo son claros: hay que cambiarlo.
“Hombre pequeñito, hombre pequeñito/suelta a tu canario que quiere volar.../Yo soy el canario, hombre pequeñito /déjame saltar. /Estuve en tu jaula, hombre pequeñito, /hombre pequeñito que jaula me das. /Digo pequeñito porque no me entiendes, /ni me entenderás. /Tampoco te entiendo, pero mientras tanto /ábreme la jaula que quiero escapar; /hombre pequeñito, te amé media hora, /no me pidas más”. (Alfonsina Storni)

lunes, 29 de febrero de 2016

Enhebrar






Habrá que remendar la vida:
ya por costumbre
o como último acto de rebeldía,
motivos sobran…

viernes, 26 de febrero de 2016

"Maquialelos"






Cuando un Estado muestra falta de capacidad o voluntad para proteger a sus ciudadanos de la violencia, y más detenidamente, de la desnutrición; o su tendencia a considerarse más allá del alcance del derecho nacional o internacional, y por último padece un grave déficit democrático: estamos hablando de un Estado fallido.
Guatemala presenta todos los síntomas. Sin embargo, la escalada de la sociedad en la recuperación de la “esfera pública” hace renovar esperanzas por la reconfiguración de una cosa pública que nada tiene que ver con sus representados.
Dicha renovación pasa precisamente por la reforma de los procedimientos democráticos tradicionales e impulsar una participación más coherente de la sociedad a través de sus representaciones reales.
No podemos dejar pasar como sociedad que la expresión sea coartada, más si esta veda viene de expresiones recalcitrantes que solo avivan un enfrentamiento estéril y egoísta.
Tal es el caso de Méndez Ruiz contra Daniel Pascual. No podemos ser permisibles con la aberración que representa para las víctimas el caso Sepur Zarco.
La sociedad no puede solo indignarse (los sábados) y escuchar toda la semana las sandeces de diputados tránsfugas dándose baños de pureza que más bien son de craza ignorancia e ignominia. Ellos son el Estado, pero nosotros también.
Cuando un diputado de manera descarada defiende su reelección como motivo mayor para estar en el Congreso, en lugar de mostrar con su trabajo para con la ciudadanía las razones por las cuales debería quedarse en el hemiciclo, muestra no tener voluntad para protegernos y representarnos.
Los que dirigían el Gobierno y se consideraban más allá del derecho nacional e internacional, ya están siendo procesados por la justicia.
Faltan muchos más, pero se necesita de la sociedad apuntalando las acciones de la Comisión contra la Impunidad en Guatemala y el Ministerio Público, tal como sucedió con las reformas a Ley del Ministerio Público: aquí las malas intenciones de los “maquialelos” sucumbieron ante la acción social.
No permitamos más avances en el déficit democrático de nuestro país, aún “no hemos perdido irremisiblemente el control sobre nuestro propio futuro”.

martes, 2 de febrero de 2016

Estampida



Derramados
salitres y cristalinos,
callados
contenidos y cansinos,
así son los momentos que preceden a una estampida
de fieras huyendo del pecho.

lunes, 1 de febrero de 2016

Acunarme en tu mirada



Acunarme en tu mirada
para que me arrulle tu ternura,
un beso
y sentir tus pequeñitas manos acariciándome el rostro:
todo estará bien...

viernes, 29 de enero de 2016

¡Sabios chascarrilos!



http://www.s21.com.gt/itaca/2016/01/29/sabios-chascarrillos La columna de hoy, alguien se las da de sabio con chascarrillos en la intentona de interpretar el papel de un estadista...

¡Sabios chascarrilllos!

La renuncia de la ministra de Comunicaciones es solo una bicoca, vienen zafarranchos de mayor envergadura, y estos no podrán ser salvados con la misma displicencia. Respuestas claras en materia de política económica a la penuria y desventura que vive el sesenta por ciento de la población, podrían aliviar la tensión social que se viene: pero vaya alguien a contarle historias a un pobre que no tiene comida para darle a sus hijos, más que impropio rayaría en lo estúpido, y la respuesta seguramente vendrá desde las propias vísceras de la miseria.
Toda vez no se trabaje para resolver la discrepancia entre lo urbano y lo rural, la diferencia abismal entre grupos con ingresos altos y bajos, seguiremos teniendo partidos desprovistos de significado y autenticidad, gobiernos funcionando como gendarmes de la ignominia.
Las desigualdades entre lo urbano y lo rural se caracterizan por la oprobiosa y creciente diferencia entre cualquiera de los índices socialmente relevantes: educación, salud, movilidad social, productividad e ingreso y participación política, por ejemplo.
¿Cuál es la estructura de nuestro mercado interno? ¿Puede una población empobrecida acceder a bienes manufacturados de consumo si su nivel es de subsistencia? ¿Por qué en la ciudad sí se pagan salarios mínimos y en el campo incluso se deciden salarios mínimos diferenciados? ¿Puede ser productiva y desarrollarse una sociedad donde una gran parte está desnutrida, enferma y mal pagada?
Historias, anécdotas, fábulas, sobran. Como también sobran carencias, corrupción, ineptitud, amiguismo, “clicas ilustradas con poder”, financistas y tenedores de la razón y la verdad verdadera. Sobran también eruditos de la “palabra”, de Dios, las ciencias y el gobierno.
Lo que falta es sensatez en todos los grupos, lumbreras y caudillos. En pocos días, el aún reluciente gobierno ha recibido ya varias lecciones. Disminución de pobreza, crecimiento de empleo y aumento de ingresos: no embelecos. Cuando no se tiene un grado alto de competencia, instrucción en la Cosa Pública; ni una conducta prudente o un profundo conocimiento del Estado y la Política: dárselas de sabio con “chascarrillos” no garantiza los tamaños de estadista.

jueves, 28 de enero de 2016

En la tierra de la locura




En la tierra de la locura
el odio es noticia
y la felicidad una "bendición",
la sensualidad enfermedad sin cura,
y las putas se visten de novicias
mientras los hipócritas pagan por una felación.
Compiten los ladrones
los asesinos
y los querubines,
ganan por turnos
mojones
destinos y
arlequines.
Nunca cupo tanta estupidez en un lugar tan pequeño
siempre ha tenido nuestro presente y futuro
un bendecido vividor como dueño.

¿Sabio o charlatán?




¿Sabio o charlatán?
No será hoy
pero pronto todos lo sabrán,
incluido el que con embelecos
enfrenta al hambre, el embrutecimiento, la enfermedad
y todos los males de Coactemalán.

Pequeña muerte...

Cada vez que así muero renazco limpio, en paz: pleno. Y para seguir viendo a los ojos a enemigos, traidores y estultos, escojo morir un ...