El financiamiento de las campañas políticas son un hoyo negro, se traga todo lo que se acerca y está a su derredor, paradójicamente inicia con la muerte de una gigante roja, estrella de gran masa o lo que podríamos llamar metafóricamente “una estrella roja”, esperemos que esta metáfora no resulte en una descripción sobre los ideales de izquierda y la sobrevivencia política institucional o de individuos en instituciones político partidarias.
Esta acción extrema de conseguir financiamiento, aceptar, de carácter sumamente crítico, práctico, pragmático, es siempre llevada a los límites posibles. ¿Pero cuáles son esos límites posibles? Y bueno, existe un dato harto conocido, y es que se financia a quien pueda retribuir el gasto, es decir se invierte. Y los únicos que pueden tener el don de la reciprocidad son los que tienen altas o certeras posibilidades de ganar, entrar, quedar.
Ahora bien, si no se tiene nada que ofrecer para que te financien, y si además no estás dispuesto a “matar a ninguna estrella roja”, qué coño hacer para poner en marcha una campaña en la era comunicacional mas mediática y esclava del marketing que haya existido.
Diga lo que diga cualquiera, político, cacifero, periodista, analista, poeta, intelectual, activista, militante, notable, y etcéteras, las cuestiones estructurales no se resuelven de la noche a la mañana, menos en un país como el nuestro. Las crisis que vivimos en Guatemala, que bien podrían ser un pequeño laboratorio de crisis mundiales, van desde las ecológicas hasta las económicas, éticas, políticas, civilizatorias.
Pero a dónde quiero llegar con todo esto, pues a que las grandes campañas que ofrecen el cielo y la tierra en un tris tras, están totalmente alejadas de la realidad, las campañas millonarias que se dedican a atacar al oponente más fuerte, quieren ganar la elección, no resolver nada. Esto nos deja en la situación de que si se plantean cosas serias, profundas y estructurales, la campaña será derrotada por aburrida e inútil.
Qué hacemos entonces los que no podemos obtener financiamiento, los que no queremos competir en el concurso de quién tiene la campaña más cara, los que queremos hablar y trabajar en la transformación profunda del país, y además, qué hacemos los que vamos en una posición discreta, por utilizar un eufemismo elegante.
Compañeros y compañeras, se aceptan ideas para escapar de los hoyos negros, yo tomaré unas de mi querido Alekos Panagulis, miembro de la resistencia griega quien fue autor de un fallido atentado contra el jefe de la dictadura griega Yorgos Papadopulos. Alekos fue detenido y condenado a muerte, pero al final solo pasó 5 años en prisión (dándole una lata a sus carceleros…), al salir fue electo diputado y sus votantes fueron los excluidos, su campaña la hizo pobremente, con carbón en las paredes…
P.D. Si tienen ocasión lean el libro, se llama “Un Hombre” de Oriana Fallaci.
GRACIAS COCO POR REGALARME EL LIBRO HACE TANTOS AÑOS, ME SIMBRASTE EL ALMA.
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