viernes, 4 de septiembre de 2015

Reinventemos Guatemala




Reinventemos Guatemala

Mañana siempre es ese placebo con el que te engañan sin dejarte hoy, nutrirte, brillar y saberte hermosa en toda tu complejidad; hoy, sí, hoy, están pasando cosas que quizá mañana te limpien un poco el rostro, te sequen las lágrimas y te sirvan para levantar tu torso moreno del sórdido lupanar donde te dejaron briaga, sucia, inconsciente; regalas rosas a pesar de todo, nos arrancas el llanto, nos educas, tanto, que somos capaces de pararnos a la par sin que nuestros filosos codos nos lastimen.

Los aprendices de díscolos que ponen niños y mujeres de carne de cañón han sido evidenciados por su estupidez; pueden más tus manos callosas pero sutiles y amorosas, ese raro ensimismamiento y timidez que encierra toda la fauna que los siglos te han dejado en ese pecho fuerte y generoso, nos salva ahora; has sobrevivido a todo, a todo, a la muerte de tus hijos, a tus hijos matándose, a los lazos rotos entre nosotros, a nuestra vileza y decadencia. Mañana puede que sea distinto, solo un poco, pero distinto; mañana, contarán no papelitos de colores, sino un espectro grande y amplio de ideas, juntas, que nacen y mueren juntas para celebrar la lluvia que nos hace florecer la esperanza.

Ya escuchamos suficiente, ya vimos suficiente, a los que se endiosan excusándose en tus hijos más desfavorecidos, a los que desde su montaña de oro derraman sus moneditas para comprar un poquito de paz en sus oscuros corazones, ya fue suficiente; ellos tendrán que hermanarse con los que hoy intentan hacer florecer esta primavera, o sufrir la debacle de todo lo que construyeron y ahora conocemos como normal: normalmente desequilibrado, bárbaro y decadente; ya nos vimos a los ojos y detrás del fuego en nuestras pupilas se reconoce el hambre de estar en paz, de vivir y convivir sin arrancarnos la vida en el intento. Yace en nuestra sangre revuelta, una gota que nos está curando de la historia que nosotros mismos hemos construido; hacernos huipil, una mancha del poderoso jaguar, nahual, perfecto calendario, glifo, eso nos toca ahora: es tiempo de dejar las armas cruzadas y el laurel, asumirnos de colores y reinventarnos. Reinventemos Guatemala.

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