En el inframundo, los
dioses de la muerte se arrancan la lengua y mandan a sus muertes sobre quienes
osaron rebelarse, la “pareja” Camé supura odio y veneno. Los encargados de controlar con sangre a los
humanos ya no pudieron teñir de “anaranjado” el rostro de nadie, el chuganal ya
no funciona. Los alguaciles se fueron y
dejaron tirada la vara de hueso y los huesos de uno de los doce. Las desgracias camino al hogar fueron ahora
causadas a ellos. El pecho y la garganta
estrujada, el vómito de sangre: es de ellos.
Ese camino que parecía
interminable y todas sus pruebas, han sido sorteados. Los ríos de grandes
corrientes y el río de sangre. Los
colores de la encrucijada no volverán a ser equivocados. La laja ardiente ya no será ocupada por los
hermanos-nosotros.
Los ocotes no se
apagarán, las luciérnagas los mantendrán con luz y lumbre, para iluminar la
inteligencia y la astucia que nos llevará de vuelta a la tierra donde crecen
los árboles que dan fruto, las milpas que nos alimentan.
La diversión que
tuvieron arrancándonos la cabeza y que quisieron probar en su morbo, les costó
caro. La creación de los hombres y
mujeres de esta tierra está por suceder.
El águila regurgitó a la
serpiente, la serpiente al sapo, el sapo al piojo. El piojo habló y el “eco” de su mensaje
resuena en todo el verde de esta tierra.
El fin de los señores de Xibalbá llegó.
Que atinado mensaje. El fín al fin.
ResponderEliminarOjalá, ojalá.
EliminarEl #eco" de du mensaje resuena en todo el verde (esperanza) de esta ttierra. Genial.. gracias por compartir: Ojala y hamos cierta esta profecia...
ResponderEliminarGracias, saludos fraternos.
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