Si alguien ha sobrevivido a la garganta del olvido
que me diga cómo asirse a las palabras
para que me lleven al infértil suelo
donde suelen caer,
no importa, lo que quiero es subirme hasta el hocico de esa
bestia
llamada soledad,
y escaparme de morir en sus hediondas entrañas.
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