Una pradera
interminable esperaba la batalla, apenas se asomaban colinas, la vista
alcanzaba a perderse en las pequeñas figuras que subían y bajaban a cada paso
que daban, iban creciendo y haciéndose más: él, solo sabía que detrás venía
alguien, ni siquiera volteaba la mirada, iba seguro a enfrentar el destino; su
padre lo alentaba desde las estrellas y le aseguraba que todo estaría
bien. La respiración cada vez más
fuerte, el corazón acompasado con el retumbar de la tierra que temblaba bajo las plantas de los guerreros, el miedo hecho astucia, la piel
sudorosa, las manos empuñando versos; la batalla, y entonces: bajó su padre del
infinito, montado en un caballo llamado “bestia”, acompañado de osos, lobos y
fieras de todo tipo. Juntos fueron al
encuentro de la muerte, la batalla fue hermosa, el final no importa.
miércoles, 25 de febrero de 2015
lunes, 23 de febrero de 2015
Ángulo obtuso...
Matemáticamente se definiría a un ángulo obtuso como "un ángulo que mide más de 90 grados pero menos de 180 grados". Eso de se un perfecto esperpento humano, con "empatía cero" y aun así sentirse tan limpio como los huevos de un cardenal, eso sería una definición más coloquial de obtuso a secas, ya sin ángulo siquiera: algo romo, sin punta, sin esquina, sin rodilla ni codo definido, algo incierto, falso, que no es ni una cosa ni otra.
jueves, 19 de febrero de 2015
Zopiloteando
Ayer un amigo me llamó muy
temprano porque su esposa sufrió un accidente de carro, afortunadamente su compañera
está bien. Inmediatamente puse pies en
polvorosa y salí despepitado para el lugar, como a un kilómetro y medio de mi
casa; al llegar habían ya una patrulla y una ambulancia de los bomberos
municipales: 5 policías y 2 bomberos.
Minutos después otra patrulla y otra ambulancia, 4 policías y 2
bomberos más.
Con mis súper poderes, que solo
yo sé que tengo, escaneé a la esposa de mi amigo de pies a cabeza y concluí que
no tenía nada grave, además de un susto inmenso y magullones propios de una caída
libre de casi 75 metros con una pendiente sabrosa; dicho sea de paso, tuvo el
tino de pasar entre dos pinos galanes y un encino joven; desde abajo la
carretera se veía muy en lo alto, así que después de las vueltas, la bajada, el
pinball extremo y como quedó el carrito, para mí, no tenía nada la compita:
menos mal.
Se fue aclarando poco a poco el
panorama luego de que los cuatro bomberos la revisaran y preguntaran muchas
cosas, además de los policías, que al final eran 9, todo mundo más tranquilo
cuando ella salió con su propio pie y subió caminando lo que había bajado con
el carro; cuando ya me sentí tranquilo de que mi escáner no fallaba y que ella
estaba bien, me di cuenta de que estábamos rodeados y había una suerte de danza
“ zopilotesca”, entonces ya cambié de súper poder y me pasé al poder “chapineitor”
oséase, de aguante mezclado con mandar un poquitito a la mierda a todos los
aprovechados.
Resulta que los bomberos querían
llevarse a la compa, uno de los bomberos ofrecía una grúa cada 2 minutos, los
policías preguntaban sobre cómo sucedió el accidente, que dónde estaba quién
venía con ella, si se chocó a otro carro o si había alguien más herido. Al principio pensé, qué eficiencia, pero
luego de un rato, cuando al fin se logró que se fuera la compa a un lugar para
que la atendieran y se fue en otro carro y no con los bomberos, zas, “compa,
mire pues nosotros venimos primero vaá, estamos a la orden, una colaboración
nos ayudaría, aunque no hayamos trasladado nosotros a la señora”, dos pasos y “mire
joven, gracias a dios la señora está bien, pero nosotros hicimos nuestro
trabajo, necesita una grúa”. Me doy la
vuelta y “señor mire, a ver si no hay problema porque hay un árbol con un golpe
(ahí si ya me cagué de la risa) y esto es propiedad privada, si el dueño del
terreno nos lo pide tenemos que consignar el vehículo”. Me muevo a otro lado y “jefe,
mire, cuesta andarse moviendo sin combustible, y respondimos rápido usted, no
nos da para un par de galoncitos”. En
fin…
Todos queriendo sacar algo de la
situación de desgracia de un ser humano en problemas. Sinceramente, aunque cause gracia es una
verdadera decadencia, social y pública.
Por supuesto, a cada quien mandé con todo respeto y elegancia, un
poquitito a la mierda, menos mal todo salió bien y a nadie hubo que darle nada
de nada y lo más importante, la salud de la esposa de mi amigo está muy bien.
La realidad en este país nos
lleva, lleva a casi cualquiera, a “zopilotear”, es tal el grado de
descomposición social (y aquí no hablo del estigma de los mareros y demás
reduccionismos) que andamos viendo como birlarle algo a alguien, que se
descuide o que el Sistema lo tumbe, que caiga en desgracia o que simplemente
sea más débil; y todo, con una “justificación razonada”. El problema no son los políticos, el problema
no es el gobierno, creo que va mucho más allá, tiene que ver con el Sistema, el
todo social, jurídico y cultural que conforma nuestro país.
lunes, 16 de febrero de 2015
Las hienas hacen su trabajo riendo...
Las hienas,
siempre terminan la tarea
salvaje y violenta
de los que rugen sobre nuestras cabezas.
P.D. Las hienas hacen su trabajo riendo...
viernes, 13 de febrero de 2015
Naufragar no siempre es malo...
Naufragar no siempre es malo. Desentenderse un poco, sin drama, sin prisa,
dejando que todo siga su marcha; el mundo no se detiene porque nos bajemos
mientras gira. Naufragar y dejar que se
hunda el barco, observando lo inexorable, escuchar como bufa hasta el último
momento; dejarlo ir, sabiendo que todo lo que nos garantizaba la vida se hunde
también: quedarnos solos, en medio de la inmensidad y en silencio. Lo que sigue es una sensación de paz.
Cuando decidamos regresar a la realidad, el mundo seguirá en
el mismo lugar…
martes, 10 de febrero de 2015
Millones de volcanes...
Ya quisiera yo explotar así y que a pesar del susto fuera
belleza y asombro lo que los demás notan, o por lo menos tener mi fumarola
visible sin que nadie juzgue el fuego que llevo dentro. Pobres los que no
alcanzan a llevar ni siquiera una chispa en sus frívolas entrañas.
Mis cenizas no llegarán lejos sin el soplido de las bocas de
otros millones de volcanes. Sin su fuego
y su lava, sin su belleza y estruendo; solo queda un eructo, un regurgito ácido y ruidoso: sin susto ni belleza.
jueves, 29 de enero de 2015
PETÉN
Aunque pasen
por ahí seres sin vida y color, aunque algunos lo pinten de colores estúpidos;
Petén sigue siendo un lugar lleno de vida, que enciende corazones, alberga
hermosas humanidades y recuerdos de algunos hermanos que no dejan de ser
heroicos. Que no se acabe tu verde, tus mares de luciérnagas, tus saraguates y
guacamayas, tus violentas tempestades; que no se acaben tus caminos que llevan
a lo sorprendente, tus joyas derretidas, tus ríos subterráneos, tu zorros, tus
jaguares; que no se acabe tu agreste encanto, tu silencio, tu paz, tus loros y
pericas; que no se acabe lo que te arranca de las entrañas el campesino, el
campesino que no se acabe, que podamos vivir con vos y en vos.
Petén de mis
amores, insisto, enamoras. Enamoras cuando
no hay filtro entre tu cielo inmaculadamente estrellado y nuestra pequeñez que
todo te lo destruye, enamoras con tus letrinas que son menos dañinas que la
mierda en tus ríos, enamoras con tu caldo de pata en pleno medio día curando la
goma del día anterior. Enamoras cuando
despiertas llena de gorjeos, pitiditos, aleteos y bienvenidas guturales a la
nueva batalla por un rincón sin política, marketing, o desarrollo. Enamoras cuando me miras con esos ojos de
tizón encendido, calladito y en la oscuridad.
Recorrerte
sigue siendo mágico, bajo tu techo de ramas y verde, trochas, trocopases y demás
posibilidades de meterse en tus entrañas y gozarte, gozar tu sabia, tus
escobos, tu palmito, tus jutes. Recorrerte
sinuosamente en el Usumacinta hasta llegar al “raudal”, pasar el susto y seguir
hasta Piedras Negras. Recorrerte con un
enjambre de zancudos hambrientos detrás, perderse y preguntarle a tus bejucos
el camino correcto, recorrerte y descansar al pie de un ceibo imponente y maravillosamente
añejo.
Aunque vuelva, siempre te extrañaré. Lástima que los
dioses del trueno y la pólvora ya no te guardan, iré cuantas veces pueda
en busca de la paz que me das.
viernes, 16 de enero de 2015
Nuestro cielo y nuestro infierno
Solo en nuestro cielo y nuestro infierno
hay lugar para los que se fueron,
solo allí sobreviven al olvido;
a fuerza de egoísmo y remordimiento.
No quiero que me recuerde nadie
quiero,
si hay alguien que llorará mañana
que no me olvide: ahora.
miércoles, 14 de enero de 2015
Mi perra favorita...
De un carácter malhumorado, sin
dos dientes de enfrente, veleidosa, independiente y una “melcocha” cuando le
daba su real gana, así era mi perra favorita.
Recuerdo preguntar por ella en el
lugar que se mantenía, porque claro, era una perra de la calle, de ahí toda su
rabia contenida; “pues esa es una golillera dijo alguien, un día le dieron un
leñazo que le botó dos dientes, no se puede uno ni acercar, ja, cosa seria es”. Acto seguido la levanté en brazos y me miraba
incrédula como diciéndome, te voy a morder no seas pendejo, y desde ese día se
integró a la familia. Llevaba las
cebollas de las patas en carne viva, de tanto ir y venir por la carretera
buscando comida, en los huesos, parecía un esqueleto forrado, efectivamente no
tenía dos dientes de enfrente, comía de ladito, despacito y echada.
Al principio no entendía el
porqué de las paredes que la rodeaban, se la pasaba rondando, buscando un
flanco débil para escapar, y lo encontró, y se escapó, y oh sorpresa,
volvió. Luego de un tiempo al dejar
abierta la puerta, apenas se asomaba, ella tomó posesión del patio y vivió
reinando tranquilamente. No le gustaban
las tormentas, hacía “cavernas” para esconderse cuando había una tormenta, no
era de andar jugando con los otros perros o con nosotros, simplemente se
alejaba a estar tranquila en otro rincón.
La primera vez que la bañamos, la
“despulgada”, vacunarla, hacer que no gruñera cuando te acercabas a su comida,
todo fue una experiencia divertida, peligrosa y amorosa. Y así se convirtió en una perra fuerte,
tranquila, amorosa y sobre todo, celosa de su casa y de la gente que la quería.
Asumió a dentellada limpia la jefatura de la manada, y la guiaba a la hora de
cuidar o defender, humanos o territorio.
De cuando en cuando se acercaba para que uno la acariciara, al final de
los tiempos aprendió a jugar, era feliz.
Gracias por todo lo que nos diste
Mayita, siempre serás mi perra favorita.
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