Aunque no lo parezca
esto de ser díscolo es más difícil cada día,
los avezados en el apaciguamiento
hacen de cada batalla un retruécano,
los salmones
son para ellos de ruina moral
ejemplo,
mientras los ternascos protagonizan ya
la concelebrada misa del orden,
aprendidos los trucos del oficio
enseñan con sus arquetipos
a no dejar morir o nacer el tiempo
a disfrutar los seísmos propios de esta hacienda.
Que el futuro nos perdone por dar cobijo al ladrón
y muerte a los injustamente desahuciados.
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