martes, 3 de noviembre de 2015

Cada uno con su fiambre...





El fiambre junta, y aunque se come frío, todo el calor que se usa para hacerlo lo hace estar lejos de la muerte que celebra, cerca del beso y el abrazo de los que se rebanan los dedos haciéndolo, de quienes llegan con su fiambre por dentro: cada quien tiene la receta de su propio caldillo.

De los que se fueron se acuerdan cuando alguien ya briago llora, o en silencio trochando un ejote se suelta un suspiro.  Ninguno es igual a otro, como ningún dolor o amor se parecen.  Van y vienen las historias y los comensales, la tarde soleada se vuelve fría y da paso a la noche: tal como la vida se vuelve fiambre.  

El fiambre es una forma que nos inventamos para celebrar la muerte y contar las historias que nos llevan a ella.

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