¿Y si nos desnudamos?
Quitémonos el grito
y la mentira,
dejemos limpia la sonrisa
sin dobleces ni pedantería;
¿qué daño puede hacernos desandar la barbarie?
Encontremos el olvido de donde nació nuestra sed escarlata,
admitamos que nos falta labrado
miremos al otro sin querer dejarle la huella de una culata,
domemos ese ser abestializado
que nos mata
y hace hosco nuestro talante
en lugar de uno reposado.
Vestirse con llanto
esconderse en la risa
nos condena perennemente al espanto,
desnudémonos o demos la bienvenida a una vida insumisa.
Vestirse con llanto
esconderse en la risa
nos condena perennemente al espanto,
desnudémonos o demos la bienvenida a una vida insumisa.
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