El día de tu muerte
rompiste el silencio de la ausencia
y llenaste la noche con tu canto,
confieso
siempre vas conmigo,
pero a veces extraño ese silbido
furibundo de tu pecho
y tu voz aterciopelada
predicando con el ejemplo
tus certezas.
Que nos ilumine siempre la estrella de tu amor
Che.
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