http://www.s21.com.gt/itaca/2015/10/09/indolencia-colectiva
Guatemala se encuentra en la zona de triple colisión de las placas
tectónicas de Cocos, del Caribe y Norteamérica, y el cinturón de fuego
del Pacífico da origen a su cordillera volcánica. Por otro lado, cuenta
con tres vertientes hidrográficas, la del Pacífico, alimentada por ocho
ríos de tránsito rápido; la del Caribe, con dos ríos, y la del Golfo de
México. No hace falta ser experto para prever que la reducción de riesgo
a desastres en Guatemala es una cuestión harto importante.
Si no nos queda claro, revisemos las emergencias suscitadas por los
terremotos de 1917, 1976 y recientemente el de San Marcos en 2012; las
inundaciones y deslaves causados por el huracán Mitch, en 1998; Stan, en
2005, y Agatha, 2010. A todo esto sumémosle las periódicas erupciones
volcánicas durante toda nuestra historia.
El devastador desastre natural de carácter antrópico sucedido en El
Cambray II, Santa Catarina Pinula, es claro ejemplo de cómo en nuestro
país se desprecia la vida por la sociedad y el gobierno. Nadie se hace
responsable a pesar de que el lugar fue declarado inhabitable desde 2009
por la Coordinadora Nacional de Reducción de Desastres. Habitantes,
gobierno municipal y gobierno central desoyeron tal declaración.
Con la misma eficiencia y honestidad que se está tratando el caso La
Línea, en el que se ha llegado hasta los más altos funcionarios del
gobierno, así se debería proceder deslindando responsabilidades en el
caso “Cambray II”, que solo ejemplifica el crecimiento desordenado,
inconsecuente y desmesurado de las zonas conurbadas de la ciudad
capital.
En lugar del morboso y desconsiderado tratamiento de lo sucedido en
Pinula y el súbito sentimiento de hermanamiento con los más vulnerables,
más nos valdría observar permanentemente la clasificación de suelos, el
ordenamiento territorial, el desarrollo urbanístico y desempeño
municipal; así como demandar inversión del gobierno central en
reducción de riesgo a desastres. De pilón, preguntar a los candidatos
presidenciales sobre qué harán con este problema de carácter nacional,
que además es una bomba de tiempo para la cual no estamos preparados y
cuenta con autoría indolente y colectiva.
viernes, 9 de octubre de 2015
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