La peste
de un insomnio
ecléctico
amenaza con gazmoñerías
a este sinvergüenza
asesino de sueños y flores marchitas.
Las noches me las llevo por delante
igual que a la vida,
tu engañoso escaramujo
da miedo,
pero no alcanza para expropiarle
a esta sangre
su calor y lascivia.
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